José Luis Gil
Perú21, 16 de enero del 2025
«Desde esta columna planteamos al gobierno peruano que se debe tener una sola Central de Análisis del Crimen y la Violencia y una sola Central de Emergencia».
Sin duda la grave situación de la inseguridad ciudadana en el país hace que no solo afloren las falencias que tenemos como Estado en su responsabilidad de combatir la criminalidad, sino también las del empresariado, de la sociedad civil y de los ciudadanos que no saben a quién persiguen ni hacia dónde vamos. Estas falencias radican fundamentalmente en una gran variedad de diagnósticos que más que aclarar el panorama lo hacen más confuso, así como las diversas entidades y métodos de medición de las características que presenta el fenómeno criminal, que por un largo tiempo no permitirá avanzar en una sola estrategia, más aún si no hay un liderazgo que tenga claro a qué y a quién combate y mucho menos cuáles son las estrategias adecuadas para conjurar el fenómeno.
Estos hechos criminales tan graves, así como el desorden en el que vivimos, hacen que una situación política tan endeble y altamente volátil como la que tenemos en el país no nos permita concentrarnos en las soluciones, por el contrario, nos lleva a enfocarnos en encontrar “culpables” a como dé lugar; y tampoco nos permite reconocer los esfuerzos que se hacen, por ejemplo, desde la Policía Nacional con sus incansables operativos capturando bandas y tratando de encarcelarlos infructuosamente. Lo peor de todo es que en el ínterin políticos inescrupulosos buscan aprovecharse del caos para ganar réditos políticos sin que les importe el dolor y la muerte que todos los días enlutan las calles del país.
Reconocemos de buena fe las sanas intenciones de muchos que hoy se vienen estrenando como nuevos “analistas” o “expertos” en lucha contra la inseguridad, sin embargo, les decimos que deben hacer un esfuerzo por encontrar puntos de coincidencia y que la “singularidad” solo para “figuretear” no ayuda al país. Por otro lado, es inaudito que diversas entidades del Estado como el Poder Judicial, el Ministerio Público, la Policía Nacional, las municipalidades, la Defensoría del Pueblo, o algunos ministerios manejen sus propias “estadísticas” con múltiples criterios de todo el universo de la criminalidad y que estas sean utilizadas para explicar de manera “autónoma” sus conceptos sobre el crimen. Esto es un error completo.
Por último, la existencia de diversas plataformas de emergencia que tienen municipalidades, Policía y ministerios, para “denunciar” actos criminales sin tener capacidad de respuesta. Desde esta columna planteamos al gobierno peruano que se debe tener una sola Central de Análisis del Crimen y la Violencia y una sola Central de Emergencia, que debe estar a cargo de la Policía Nacional del Perú, y que todas las entidades del Estado, incluso de la sociedad civil (como las ONG) estén obligadas a alimentarlas de información y así permitir el planeamiento de las operaciones que correspondan con cifras verificadas y así responder a la ciudadanía con orden y eficacia. No existe otra forma de hacerlo. Sí se puede.