Por: José Luis Gil
Perú21, 19 de mayo del 2022
Vimos circular en redes una celebración de ellos con chaleco del Ministerio del Interior cantando desafiantes “Flor de retama”
Las poco sorprendentes declaraciones de Zamir Villaverde a la Comisión de Fiscalización del Congreso sobre una cadena de corrupción en el gobierno de Pedro Castillo, y que viene espetando acusaciones que tocan incluso al hombre del sombrero, han puesto en la picota a más de un funcionario que, de comprobarse lo mencionado por Villaverde, enfrentaría gruesos procesos judiciales bajo una larga sombra carcelaria.
Los millones presuntamente recibidos por el presidente, la complicidad de Karelim López (quien no habría sido totalmente sincera en su acogimiento a la colaboración eficaz) en la red de corrupción y tal vez de fraude electoral, los US$20 mil en el baño de Bruno Pacheco que han puesto nerviosos a más de un general PNP de reciente ascenso (o no invitado al retiro), así como la acusación directa contra el presidente del JNE, Jorge Salas Arenas, sobre un supuesto fraude electoral, prometen un par de semanas altamente volátiles que pondrán a prueba la sagacidad del Congreso, los medios y redes sociales, y de los propios ciudadanos para evitar una escalada de violencia ya advertida por Vladimir Cerrón y Aníbal Torres.
Mientras tanto, un Pedro Castillo atornillado en el poder sin que se le mueva un solo músculo de la cara de vergüenza por lo de la tesis “trucha” (avalada por César Acuña para vergüenza y deshonra de la comunidad académica del Perú) viene nombrando prefectos, subprefectos y tenientes gobernadores que serán actores fundamentales en el nuevo proceso electoral y serán quienes hagan posibles las ventajas para hacerse del control del segundo y tercer nivel del Estado: los gobiernos regionales y municipales. También vimos circular en redes una celebración de ellos con chaleco del Ministerio del Interior cantando desafiantes “Flor de retama”, canción vinculada al terrorismo en el imaginario popular.
Los llamados “Consejos de Ministros descentralizados” con coreografías bien montadas para dar la idea de solemnidad y de multitud que involucran el uso de ingentes recursos del Estado para hacer propaganda política a su insistente “nueva constitución” son usados para cubrir el deterioro político, la incapacidad de gobernar y el hedor de la corrupción que emana de la propia Casa de Pizarro.
Por eso nos hacen sentido las versiones de Zamir Villaverde, quien decidió delatar sin escrúpulo alguno a sus aliados Pedro Castillo, Bruno Pacheco y otros. Estamos seguros de que la percepción de traición y abandono de sus exaliados lo motivaron para que no dude en llevarse a todos hasta el infierno de los juicios y la cárcel por corrupción.
Ahora esperamos la difusión de audios y videos, que preocupa a muchos, pero da esperanza a los peruanos de bien para terminar con un gobierno que incrementa las condiciones de miseria y sufrimiento de los ciudadanos y que jamás debió llegar al poder.