Por: José Luis Gil
Perú21, 14 de abril del 2022
El defensor del Pueblo ha pedido la renuncia del presidente y el Congreso de la República lo ha exhortado a dejar el cargo irrevocablemente.
La grave situación política en el país mereció la preocupación del papa Francisco, quien ha lamentado los “difíciles momentos” de tensión social que atraviesa el Perú tras semanas de protestas y llamó a las partes a encontrar “cuanto antes una solución pacífica”. El cardenal Barreto ha dicho, además, que en el gobierno de Pedro Castillo hay muchos signos de corrupción en el entorno del presidente. Santa verdad.
Por otro lado, el defensor del Pueblo ha pedido la renuncia del presidente y el Congreso de la República lo ha exhortado a dejar el cargo irrevocablemente. Las encuestas revelan que el 63% de ciudadanos exige la salida del mandatario y que un 80% no apoya su gobierno. Analistas especializados y líderes de opinión de todas las tendencias prevén que la violencia social y política se agudizarán de permanecer este en la conducción del país.
Por esta razón, queremos proponerle al país iniciar una cruzada de Salvación Nacional, para lo cual convocamos a las principales autoridades del Estado peruano para que exhorten con firmeza al presidente Pedro Castillo y a la primera vicepresidenta Dina Boluarte a renunciar a sus cargos, dar paso a un gobierno transitorio que convoque a nuevas elecciones y tener un presidente de consenso que permita salvar al país de la grave crisis social, política, económica y de seguridad en la que nos encontramos.
Emplazamos también a Confiep, Sociedad Nacional de Industrias (SIN), Sociedad Nacional de Minería y Petróleo (SNMP), sindicatos, partidos políticos, colectivos, organizaciones sociales como Vaso de Leche, comedores populares y otros, para que, sin dilaciones y con energía, soliciten, en carta abierta al presidente, la necesidad de su alejamiento del Ejecutivo. También exhortamos a los congresistas a sumarse a la cruzada de Salvación Nacional, interpretando el verdadero interés de la patria.
Pedimos deponer todo acto de violencia verbal o física contra el presidente o su familia, y hacerle saber que no se trata de discriminación alguna, sino de un acto patriótico para salvar al Perú. Esperamos que en esta Semana Santa tengamos una profunda reflexión sobre los destinos del país, así como terminar de entender que la corrupción no tiene tintes políticos y que solo la unidad y concertación nos dé el país que alguna vez soñamos. Sí se puede.