José Luis Gil
Perú21, 5 de setiembre del 2024
«La opinión generalizada de los peruanos es de rechazo a la decisión errónea del Gobierno de prescindir del mejor canciller, el brillante y valiente internacionalista Javier González-Olaechea».
El gobierno de la presidenta Dina Boluarte, de manera persistente, da motivos para que se tejan innecesariamente “historias” (Rolex) o leyendas urbanas (congresistas o funcionarios comprometidos con la fuga y protección del prófugo Vladimir Cerrón) así como recambios ministeriales controvertidos, hechos que no serán dilucidados en estos tiempos, sino, cuando esta termine su mandato en 2026, y así debe ser.
La opinión generalizada de los peruanos es de rechazo a la decisión errónea del Gobierno de prescindir del mejor canciller, el brillante y valiente internacionalista Javier González-Olaechea. Él es quien se ha fajado por el país ante organismos internacionales que pretenden someter nuestra soberanía y resulta un contrasentido y peligroso porque pone en riesgo el complejo entramado de relaciones internacionales construido por este para crear las mejores condiciones políticas, justamente, ad portas del APEC en los próximos meses y de la llegada de líderes mundiales como los presidentes de EE.UU., Joe Biden, y de China, Xi Jinping. Una absoluta sin razón.
Preocupa entonces que el reemplazo de Javier González-Olaechea, el embajador Elmer Schialer Salcedo, haya expresado la desafortunada frase “los problemas de Venezuela que lo resuelvan los venezolanos” a los minutos de haber juramentado, y que si no se trata de un error, desliz o exabrupto verbal, nos da clara señal entonces que así se marcará el cambio de rumbo del Gobierno tanto en la política nacional como internacional.
Esta expresión que desentona en el concierto mundial de rechazo al dictador Nicolás Maduro, sería un desprecio a quienes hoy sufren desapariciones, encarcelamientos, persecuciones y hasta asesinatos por defender su legítimo derecho de ser libres y romper el yugo del nefasto socialismo asesino en Venezuela. Y, para las izquierdas y progresías que “coinciden” con este, les decimos que se equivocan, que también es problema de los peruanos en todos los campos.
La razón de esta salida abrupta podría estar motivada por la inconformidad del saliente canciller con el rumbo y algunos integrantes del gabinete que preside el señor Adrianzén, o por las legítimas y fundadas aspiraciones de ser el reemplazo del PCM con un gabinete puesto y liderado por él para enfrentar este momento histórico de la coyuntura internacional que se avecina, y en eso tiene razón.
Por eso rechazo las expresiones de quienes pretenden darle “alas” al cobarde delincuente de Vladimir Cerrón, quien cree que con su cháchara retrograda, jugar “a las escondidas” o al “espía cubano”, mover su portátil y redes sociales con la plata que robó y lo que le proveen sus “apoyos” políticos, puede hacernos creer que es él quien “maneja” el gobierno. Este mequetrefe que no pudo manejar a Castillo no merece siquiera ser mencionado como “articulador” de nada. Que el rumbo equivocado de la presidenta no nos obnubile, cuidado con crear de la nada un “mito” (Cerrón) como si se tratara del terrorista Abimael Guzmán en la década de los 80. ¡Cuidado! ¡Sí se puede!