José Luis Gil
Perú21, 26 de setiembre del 2024
«La ‘agenda 2030’ es una inconsulta estrategia hecha por un centenar de burócratas de Naciones Unidas, quienes crearon 17 objetivos y 169 metas para que los más de 8 mil millones de habitantes de todo el mundo cumplan por medio de sus gobiernos, la misma que a la luz de los hechos, ha fracasado».
Si nos preguntásemos qué tienen en común las terribles circunstancias que viven algunos países de Europa —como España, Francia, Italia y Alemania debido a las altas migraciones convertidas en invasiones de países con abundante población musulmana y los conflictos sociales que estos causan—, los inusitados incendios forestales en Sudamérica (Chile, Perú y Colombia, entre otros) y el avance de la macrocriminalidad transnacional que azota a la región, la respuesta sería una: el globalismo o socialismo del siglo XXI o la llamada “agenda 2030”.
El progresismo inspirado en Antonio Gramsci y operativizado por diversos gobiernos y movimientos políticos a nivel mundial denominados “socialismo del siglo XXI”, bajo el pretexto de la lucha por los derechos humanos, ha permitido lo siguiente: el desborde de las migraciones afectando la seguridad interna de los países; responsabilizar falsamente al ser humano por el cambio climático; y debilitar las fuerzas de seguridad de algunos países haciendo que la criminalidad se desborde como el caso de Venezuela con El Tren de Aragua, que viene tomando por asalto varios países de Sudamérica, como Perú, Chile y Argentina, y también en los EE.UU. Esa es la verdad.
La “agenda 2030” es una inconsulta estrategia hecha por un centenar de burócratas de Naciones Unidas, quienes crearon 17 objetivos y 169 metas para que los más de 8 mil millones de habitantes de todo el mundo cumplan por medio de sus gobiernos, la misma que a la luz de los hechos, ha fracasado. La ONU, como ha dicho el presidente argentino Milei en su propio recinto, ha perdido esa esencia de la defensa de los Derechos Humanos para la que fue creada décadas atrás, para convertirse en una plataforma ideológica y política en contra de las libertades de la humanidad.
Ante el fracaso de la “agenda 2030”, han generado su nueva versión llamada “Pacto para el Futuro 2045”, que incluye un Pacto Digital Global o la cooperación digital (para el control de las redes sociales), el género y la transformación de la gobernanza global. Esta última referida a una especie de gobierno mundial en la que de manera soterrada someterán a todos los países a un pensamiento y aplicación de un sistema único. Esta aberración debe frenarse, como lo han hecho este martes en la ONU los presidentes Javier Milei y Nayib Bukele en valientes alocuciones, dejando clara la posición de la corriente libertaria en Sudamérica. Ese es el camino que todos debemos tener.
La oposición a las agendas globalistas, por parte de la derecha incipiente en el Perú, debe continuar, sumándonos a las diferentes voces que se han alzado contra este nuevo despropósito de la “casta gramsciana” que pretende someternos. Si no queremos perder soberanía sobre nuestras selvas y mares o sobre nuestras propias vidas, debemos ponernos serios y luchar en todos los campos, en especial, el cultural. No al neoglobalismo esclavizante. Sí se puede.