Por: José Luis Gil
Perú21, 19 de Enero del 2023
Hacemos un llamado a los ciudadanos de bien para que mantengan la calma frente a este momento crucial.
La caótica situación social y política a la que nos están llevando los radicales de izquierda (SL-MRTA) tiene fines ocultos que es necesario mostrar al ciudadano y de quienes, por diversas razones, legítimas o no, participan de estas marchas, y de paso en ola de violencia que afecta a todos los peruanos. En el fondo los facinerosos saben que no habrá una “revolución”, ni una guerra civil, ni “toma del poder” o “toma de Lima”, porque ni la voluntad de la mayoría de los peruanos o el número de ciudadanos que han llegado a Lima con un inusual sistema de financiamiento, alcanzan para que tomen el poder a la mala, como parecen decir en su furiosa campaña mediática, que han desatado desde hace ya más de 15 días.
La verdadera estrategia radical es agudizar la “lucha política” contra el Gobierno de Dina Boluarte. Es decir, que el cargamontón político basado en la “incapacidad” del gobierno para manejar la crisis lleve al gobierno a la renuncia casi “naturalmente” por responsabilidad política. Como es obvio, la dimisión conduce a que otras tácticas entren a tallar. Entre ellas, por ejemplo, es cambiar la composición de la Mesa Directiva del Congreso para hacer que la rapiña de siempre gobierne sin ser partido ni mayoría, hacerle el juego a los radicales y abrir la puerta de par en par, a elecciones en un sistema precario que nos ha traído más dudas que certezas. La última fase del entuerto será la nueva constitución, y ¡saz!, el socialismo.
No es extraño que la estrategia roja considere, como siempre, que los “argumentos” para obligar a la renuncia sean los ciudadanos fallecidos en las algaradas que ellos mismos han provocado, y, por qué no, tal vez hayan participado en dichas muertes. El video que ha circulado en redes y medios sobre las salvajes torturas sufridas por el asesinado SO PNP (f) Jose Luis Soncco, son muestras de una crueldad sin límites propias del terrorismo. Corresponde entonces poner bajo la lupa todos los demás fallecimientos debido a las informaciones sobre municiones de calibres no usados por la policía y que provienen de Bolivia. Mucho por investigar.
Quienes conocemos la historia del terrorismo en el Perú miramos siempre el fondo de las cosas, porque ya sabemos del modo vesánico de operar de los criminales, a quienes hoy despistados (o interesados) políticos y congresistas de izquierda, con “Martini” y “langostas” en la mesa, los llaman “luchadores sociales”. Por eso hacemos un llamado a los ciudadanos de bien para que mantengan la calma frente a este momento crucial, confíen en las Fuerzas Armadas y su Policía Nacional y juntamente con ellos logremos la paz que el país necesita. La tecnología hoy ha dotado al ciudadano a poder tomar fotos, filmar, grabar, y con eso, en la medida de nuestras posibilidades debemos apoyar a las fuerzas del Orden… ¡Sí se puede!