El Comercio, 15 de febrero de 2020
2. Familias ajustadas. El empleo formal probablemente seguirá creciendo, pero con una fuerza insuficiente como para absorber a los 270 mil jóvenes que entran al mercado laboral cada año buscando trabajo. Como resultado, los salarios promedio caerán en términos reales por segundo año consecutivo.
3. Empresas remando fuerte. En este contexto de crecimiento moderado, las empresas buscarán sostener la expansión de sus ventas a punta de esfuerzos comerciales, la implementación de nuevas tecnologías y la exploración de nuevos mercados, según un sondeo realizado entre cerca de 500 ejecutivos del SAE de Apoyo Consultoría. Esto dará lugar a una intensa competencia en diversos sectores económicos.
4. Calma financiera. La buena noticia es que la economía peruana se mantiene sólida y poco riesgosa. Gracias a esto, los costos de financiamiento probablemente se mantendrán en niveles bajos para las familias y empresas. Así, habrá oportunidades para mejorar balances financieros o para financiar emprendimientos.
5. Populismo microrregulatorio. Pese a que esperamos una menor confrontación entre el Congreso y el Ejecutivo en comparación con el año pasado, el riesgo de que se planteen iniciativas populistas –en ámbitos como la legislación laboral, previsional y la defensa al consumidor– se mantiene elevado (Gianfranco Castagnola explicó este riesgo en su artículo “La lenta demolición del modelo” del 12/2/2020).
6. Empaquetamiento de proyectos. El Gobierno buscará acelerar la inversión pública y los proyectos del Plan Nacional de Infraestructura a través del “empaquetamiento” de obras y mecanismos modernos de contratación como los usados en los Juegos Panamericanos. Además, ha dictado medidas que podrían destrabar la inversión en algunas concesiones. Si tiene éxito, esto podría generar una importante fuente de crecimiento económico para los próximos años.