Por: Jorge Yzusqui
Perú21, 17 de junio del 2022
“Es importante tener una línea de base que nos permita visibilizar las brechas de aprendizaje que se han generado”.
Han pasado siete semanas desde que el Gobierno eliminó el distanciamiento en las aulas y transcurrido este periodo, resulta pertinente hacer un primer balance de lo que ha significado un retorno a las escuelas.
Lamentablemente, existen escuelas que debido a problemas de infraestructura no han podido retornar a una modalidad presencial o que, habiendo retornado, no cumplen con las condiciones básicas para el desarrollo de clases. Es urgente contar con un plan para la reconstrucción de la infraestructura educativa.
Otro de los temas que han quedado evidenciados con este retorno ha sido el impacto socioemocional que ha generado la pandemia en niños, niñas, jóvenes y profesores. A diario tenemos reportes de problemas de convivencia escolar que se vienen dando en colegios a nivel nacional. Es clave por ello la contención y seguimiento socioemocional que debe darse desde la escuela y trabajar con las familias para facilitar este proceso de adaptación a las dinámicas escolares.
Aún no tenemos un diagnóstico claro del impacto a nivel pedagógico del cierre de las escuelas. Es importante tener una línea de base que nos permita visibilizar las brechas de aprendizaje que se han generado y, con base en ello, diseñar un plan de acción priorizando las competencias que aún están en progreso o como no logradas. También ha quedado en evidencia la brecha digital que tenemos en el país y es urgente un plan para interconectar a nuestras escuelas, en especial a las rurales. Con esta interconexión, también se puede fortalecer sustancialmente la capacitación y formación docente.
Estas, considero, son las más urgentes tareas por realizar y, como vemos, hay mucho por hacer. Es urgente detallar los planes para cada uno de estos problemas, producto de un prolongado cierre de las escuelas y de un casi abandono del sector durante muchos años.