Por: Jorge Yzusqui
Perú21, 13 de diciembre de 2019
Muchos problemas que enfrentamos como país tienen como base la formación de personas. Pareciera que más familias y escuelas han dejado de lado la importante tarea de formar personas íntegras, con sentido sobre el bien común y dispuestas a vivir en comunidad bajo reglas que permitan una sana convivencia. En las escuelas vemos un creciente número de familias poco comprometidas y que abdican de su rol formador y, por otro lado, en los colegios están más preocupados por los resultados de pruebas de matemática y comunicación, como si aseguraran ciudadanos probos, preocupados por sus comunidades.
Si no queremos seguir asistiendo al desfile de actos de corrupción, ni ver la falta de transparencia con que muchos actúan en nuestra sociedad, necesitamos un cambio radical en la formación de estudiantes. Para ello, en las escuelas debemos trabajar no solo en el desarrollo cognitivo, sino también en el desarrollo emocional y ciudadano.
Debemos preguntarnos si como país estamos preparados para enfrentar este desafío. Y si la respuesta es no, debemos preguntarnos por qué no somos capaces de llegar a un consenso para establecer un plan de largo plazo en educación; por qué seguimos con las mismas tensiones entre los actores del quehacer educativo. ¿Será tal vez que los actores de hoy son producto de esa falta de formación ciudadana? ¡Nunca es tarde para empezar!