Por: Jorge Yzusqui
Perú21, 10 de enero de 2020
Perú21, 10 de enero de 2020
Sin duda, un hecho relevante del año 2019 en el sector educación ha sido el trabajo de la Sunedu en el licenciamiento de 86 universidades, tanto públicas como privadas, y el rechazo, hasta hoy, de otras 35 solicitudes de licenciamiento. Esto ha generado un debate acerca de los poco más de 150,000 alumnos que cursan estudios en esas 35 universidades a las que la Sunedu les ha negado el permiso de seguir en funciones por no cumplir las condiciones básicas de calidad; y tenemos hoy diversas opiniones sobre cómo enfrentar este problema.
Pero, más allá de este debate, debemos enfatizar que lo que hace la Sunedu es asegurar condiciones mínimas de calidad, lo que no significa necesariamente que estas universidades mantengan un nivel de calidad internacional. Este licenciamiento debería ser considerado por las universidades aprobadas como un primer paso hacia la calidad educativa y, a partir de ahí, deberían organizar planes para continuar procesos de mejora hasta llegar a convertirse en universidades de nivel internacional.
En el ámbito de la educación básica, continuamos sin un organismo similar a la Sunedu, que garantice condiciones mínimas de calidad, tanto para colegios públicos como privados, y tendríamos que preguntarnos por qué. ¿No es la educación básica el cimiento sobre el cual se construye la educación superior? Es imperativo que exista una entidad que asegure un mínimo de calidad en cada uno de los colegios de nuestro país para asegurar así un mejor nivel de sus egresados y de esta manera contribuir con la reducción de uno de los factores de la elevada tasa de deserción que tenemos en los primeros ciclos de la educación superior.