Por: Jorge Yzusqui
Peú21, 9 de octubre de 2020
Durante la última semana, la agenda en el sector educación se ha centrado en la viabilidad del retorno semipresencial a las aulas. Este no es un tema menor y abre un debate que debe ser abordado de manera amplia, siempre poniendo por delante la salud, seguridad y autonomía de las comunidades educativas.
Sin embargo, el debate debe ampliarse a otras áreas más, pues el año escolar 2021 y su implementación implican retos adicionales.
El uso de la tecnología es una herramienta que debe seguir formando parte del proceso de aprendizaje de nuestros estudiantes y ello nos deja varias tareas, como seguir desarrollando las competencias digitales de estudiantes y docentes.
Por otro lado, esta pandemia nos ha enseñado que tenemos que ir más allá de lo netamente académico y tenemos que trabajar en el desarrollo de habilidades blandas como autonomía, resiliencia, trabajo colaborativo y adaptación al cambio que son fundamentales en los procesos de formación de los estudiantes.
A ello debemos sumar la tarea de reducir la brecha digital que existe en el país y que ha dejado fuera a miles de estudiantes del sistema educativo en el marco de la pandemia. La brecha con el sector rural es una deuda pendiente que tenemos como país y debemos de empezar a cerrarla con el uso de la tecnología y de un sistema flexible que permita una educación semipresencial en donde los alumnos no tengan que asistir todos los días a la escuela.
Los cambios que hemos vivido este año en el sector educación no son menores y lo peor que podríamos hacer es volver a la » normalidad» de 2019 y no aprovechar todos los aprendizajes de este año.