La gestión de Estado y la competitividad del país
Diario Expreso, 22 de Marzo de 2017
Hoy martes 21 de marzo a las 6:45 a.m. la Carretera Central en dirección a la Sierra estaba trancada. En el lado derecho de la pista había una cola de camiones y buses bastante ordenada. Sin embargo, el segundo carril (el de la izquierda) había sido también ocupado por todo tipo de vehículos. Nada se movía.
Por la vía lateral logré avanzar hasta el primer control policial varios kilómetros arriba, poco más allá del ingreso a Ñaña, aproximadamente Km. 20 de la Carretera Central. Me informaron que la vía estaba interrumpida a partir del Km 41, pasando Ricardo Palma. En el control de Ñaña la policía estaba “ordenando el tráfico” para lo cual hacían avanzar a los camiones del carril de la izquierda para que dieran vuelta en U y dejaran ese carril libre.
Hice saber a la policía que estaba subiendo un camión transportando gas natural comprimido a la fábrica de calzado que dirijo, que se encuentra en Chosica, antes de llegar a Ricardo Palma. Indiqué que en anteriores oportunidades habían permitido el paso de ese camión, aun cuando hubiera impedimento para los vehículos que iban más allá.
El único nombre que recuerdo es el del oficial Alemant, cuyo argumento para impedir el paso del camión del gas fue que venía por el carril izquierdo y debía dar vuelta en U. Insistí que, para que pudiera pasar sin esperar la cola que iba a la Sierra, el camión del gas debía ir por el carril de la izquierda. Le dije que justamente para casos como ese se buscaba mantener libre ese carril. No tuve éxito.
Al insistir ante otro oficial, me indicó que obedecían órdenes y que podrían dejar pasar al camión del gas con autorización de Sutran. Seguí avanzando por la carretera hasta encontrar al personal de Sutran a la entrada a Chaclacayo, a quienes les informé la situación. Me dijeron que el camión del gas podía pasar mostrando su guía de remisión con destino a Chosica. Por coincidencia, en esos momentos el personal de Sutran estaba cambiando de turno y regresaba a Lima. Les solicité que, por favor, se detuvieran en el camino e indicaran a la policía dejar pasar al camión del gas. Así lo hicieron pero, sin embargo, el mismo oficial de policía que había ofrecido dejar pasar el camión del gas si contaba con la autorización de Sutran, no permitió el paso del camión, con el pretexto de que “si dejamos pasar a uno, todos van a querer pasar”.
Al no tener claridad sobre la hora en que podría avanzar hacia la fábrica, el camión del gas, que había estado en la cola desde las tres de la madrugada, emprendió regreso a Lima a las 9:30 a.m. para atender a otros clientes. Consecuencia: la fábrica, parada.
¿Así quieren que demos empleo en el Perú, enfrentando la competencia del calzado importado? ¿A quién le podemos reclamar los daños por mala gestión?
Este tipo de situaciones no son consecuencia de los desastres naturales sino de una pésima gestión del Estado. Se requieren reglas de operación y líneas de autoridad claras, evitando la discrecionalidad de individuos. Además, deben establecerse canales de comunicación que permitan a los ciudadanos informar estas situaciones a autoridades con visión más amplia y capacidad de decisión.