Por: Jorge Lazarte
Perú21, 13 de diciembre del 2023
‘‘Necesitamos un Gobierno con visión de negocio, que comprenda que competimos contra otros países del mundo en la captación de turistas’’.
El señor Oliver Brown tiene cuatro hijos y vive con ellos en la ciudad de Atlanta. Su esposa le insiste desde hace mucho tiempo en hacer un viaje familiar al Perú para conocer Machu Picchu. Tiene amigos que le han hablado maravillas del Cusco y le han dicho que ya es seguro viajar a nuestro país.
Como la mayoría de los turistas norteamericanos, el señor Brown es muy organizado y planifica sus vacaciones con anticipación. Le gustaría viajar entre los meses de abril y mayo del próximo año, para lo cual ha empezado a buscar reservas de pasajes, hoteles y, por su puesto, entradas para Machu Picchu.
No ha tenido problemas con sus reservas, salvo con la adquisición de las entradas para el santuario inca. Resulta que estas son vendidas por el Gobierno del Perú a través de una página web oficial (https://www.machupicchu.gob.pe/), pero las entradas para el 2024 todavía no están a la venta.
Aparentemente, esta es una práctica común del Gobierno peruano, que acostumbra a sacar a la venta las entradas a Machu Picchu por periodos anuales, impidiendo a los turistas planificar sus vacaciones con anticipación. Nadie puede comprar entradas para visitar una de las siete maravillas del mundo a partir del próximo año.
Como hombre precavido, el señor Brown no quiere arriesgarse a comprar un paquete turístico al Perú sin tener asegurado el ingreso al santuario. Por eso ha decidido postergar su compra hasta que pueda adquirir las entradas a Machu Picchu, y está evaluando viajar a otro lugar para tener asegurado donde pasar sus vacaciones familiares.
Al igual que el señor Brown, la mayoría de los turistas que visitan el Perú lo hacen para conocer Machu Picchu y programan sus vacaciones con varios meses de antelación. Si no pueden adquirir las entradas, muchos se desaniman de venir y optan por otros destinos. Son pocos quienes se arriesgan a probar suerte.
Es un crimen que pese a la crisis que atraviesa el sector tras la pandemia y las protestas sociales, el Gobierno no facilite la venta de estas entradas. La demora en la venta de entradas a Machu Picchu no solo perjudica a los turistas extranjeros, sino a millones de familias peruanas que viven del turismo en nuestro país.
Necesitamos un Gobierno con visión de negocio, que comprenda que competimos contra otros países del mundo en la captación de turistas; y haga todo lo que esté a su alcance por ganar esa competencia; empezando por facilitar la venta de entradas a Machu Picchu.