Por: Jorge Baca Campodónico
Expreso, 4 de agosto de 2019
¿Recesión económica a la vista?
Lejos están las épocas de crecimiento del PBI de 8% del segundo gobierno de Alan García o las promesas de crecimiento de 6% del plan de gobierno de PPK. Los vaivenes de los precios de los minerales y los errores de política económica de los gobiernos de Humala, PPK y, ahora, de Vizcarra, nos han llevado a tasas de crecimiento del PBI mucho menores al potencial económico del Perú (ver Gráfico 1). El crecimiento anualizado en el segundo trimestre de este año ya se encuentra en 2.8%. Los casos de corrupción y el enfrentamiento entre el ejecutivo y el legislativo han contribuido a empeorar la situación.
Humala, al jurar por la Constitución del 79 y con su “Conga no va”, envió una mala señal a los inversionistas que se tradujo en menor inversión minera (ver Gráfico 2) y menor crecimiento económico. Además, con su política antiminera, la introducción de medidas populistas como el SIS y un incremento sin precedentes del número de empleados del Estado acentuó la corriente política que apunta a la reversión de los fundamentos del modelo económico consagrado en la constitución de 1993. PPK intentó revertir esta situación, pero el gobierno de Vizcarra, con su decisión de postergar la ejecución de Tía María y sus anuncios de una nueva ley de minería y de la generalización del sistema no contributivo de salud (SIS), entre otras medidas, nos ha devuelto a la corriente que apunta al desmantelamiento del modelo económico sobre el cual se apoya el enorme progreso del Perú desde 1993.
Cuando Humala inició su política antiminera, el país vivía una bonanza económica debido a los precios de los minerales y a la inversión minera iniciada en el gobierno de Fujimori bajo el régimen económico de la nueva constitución de 1993. La pobreza se había reducido a niveles nunca vistos en nuestra historia, sin necesidad de depender de programas de alivio a la pobreza. Los niveles de la deuda pública como porcentaje del PBI llegaron a los niveles más bajos de la historia reciente. El país logró obtener el grado de inversión que posibilitó la llegada de nuevas inversiones a todos los sectores económicos.
Las inversiones mineras comprometidas en los últimos años del gobierno de Alan García continuaron durante los primeros años de Humala, pero a partir de 2014 decrecieron significativamente (ver Gráfico 2). En el año 2016 la inversión minera apenas llegó a los 3,200 millones de US$. El proyecto de las Bambas permitió reactivar la inversión minera y los niveles actuales se explican principalmente por las inversiones en Quellaveco. El BCRP basa su proyección de 3.4% para este año en la recuperación de la inversión minera y el crecimiento del sector construcción asociado a la inversión minera. En esta proyectada recuperación, el proyecto Tía María jugaba un rol decisivo. El anuncio de una nueva ley de minería por el presidente Vizcarra el 28 de julio agrega incertidumbre a la recuperación de la inversión minera.
¿Cuán severo será el impacto de la postergación de Tía María y de los anuncios del presidente Vizcarra? Para poder responder estas interrogantes es necesario conocer el nivel del stock de capital del sector minero. En el Gráfico 3 se presenta la evolución del stock de capital del sector minero estimado en base a la evolución de la inversión en minería y la depreciación implícita en este sector de 8% anual. Observamos que el stock de capital se ha estancado alrededor de 66,000 millones de US$ constantes de 2007.
¿Cómo puede el stock de capital reducirse cuando el nivel de inversión en el sector minero está aumentando? La razón es la depreciación de 8% anual. Con un stock de capital de 66,000 millones de US$, el Perú necesita de una inversión anual de 5,280 millones solo para evitar que el stock de capital se reduzca de sus niveles actuales y que decrezca el PBI real del sector minero. Según el Ministerio de Energía y Minas, en el primer semestre de este año la inversión minera llegó a 2,532 millones de US$ equivalentes a un crecimiento anual de 26.2%. Con el inicio de la inversion en Tía María en el segundo semestre de este año se esperaba superar la barrera de los 5,280 millones y así lograr un crecimiento neto del sector minero.
La inversión en el sector minero no solo permite aumentar el stock de capital sino también activar el sector construcción. El crecimiento del sector minero y el sector construcción son las piezas claves para la recuperación de la economía en el segundo semestre de este año. Las proyecciones del BCRP (3.4% para 2019) y el anuncio del MEF de 3.5% se basan en estas premisas. Sin la inversión de 1,400 millones de US$ en Tía María las proyecciones del BCRP y el MEF difícilmente se cumplirán. Lo que es mas grave es que la postergación de Tía María, aunada al anuncio de una nueva ley de minería y elecciones generales en el 2020, paralizan las inversiones y comprometen seriamente el crecimiento del 2020.
En este contexto, la proyección de crecimiento de 4% para el 2020 del BCRP y el MEF son irreales. Por el contrario, de continuar descendiendo el precio del cobre como producto del recrudecimiento de la guerra comercial entre EUA y China, la postergación del proyecto Tía María y los anuncios presidenciales ciertamente reducirán el ritmo de crecimiento del PBI a los menores niveles de los últimos 20 años y podrían llevarnos al borde de una recesión en el 2020. El gobierno aún está a tiempo de impedir que este escenario se materialice.