Jaime Spak
Para Lampadia
No soy un analista político, mas bien soy uno de los tantos peruanos que hemos vivido en constante angustia en los últimos 50 años.
Nací en el 1950, así que algo de experiencia en situaciones políticas tengo, desde el golpe de Velazco hasta la fecha, totalmente desmoralizado, por los continuos nefastos gobernantes que hemos tenido.
No recuerdo una época, que podamos decir, vivimos sin angustia, un país que tenia y tiene todas las posibilidades de surgir y no lo ha logrado por la clase política, que se ha deteriorado con el transcurrir del tiempo.
Hoy abril de 2021, volvemos a vivir la angustia que tuvimos con Velazco, Fujimori, García, Humala. Se pensó que con Toledo tendríamos un aire nuevo y acabo como ya sabemos.
La angustia de hoy, es que tenemos que decidir entre un profesor de primaria, de un olvidado pueblo de la sierra de Cajamarca, una persona improvisada para ejercer la primera magistratura de la nación. Y no lo digo porque sea de izquierda, rondero o cercano de Movadef. Que nos amenaza con refundar el país, que en los últimos 20 años, tuvo un crecimiento sostenido , y que logro bajar casi en un 40% el índice de pobreza, con teorías trasnochadas que nunca han resultado en ningún país del mundo.
Por el otro lado la hija de un expresidente, que sin tener mayores pergaminos, salvo el lazo sanguíneo, por tercera vez consecutiva ingresa a la segunda vuelta electoral.
El anti voto comunista debería de ser mayor que el anti voto fujimorista, sin embargo, lo que la gente no acaba de entender es que no es un voto en contra de Fujimori, sino en contra de Keiko. Por no haber logrado en el congreso anterior, con 73 congresistas de 130, realizar las reformas estructurales, que hubieran podido hacernos crecer de una manera impresionante y que hoy tendría una aceptación tal, que podría ganar sin problemas la elección.
La angustia se acrecienta cuando vemos que a falta de 45 días para el 6 de Junio, Castillo tiene 40% de votos, Keiko 20% y otro 40% que no sabe, o esta indeciso o decide no votar.
Cuando la gente, incluida Vargas Llosa, pide votar por Keiko, es porque realmente es el mal menor.
La angustia de siempre. Castillo no ha expresado una idea lógica de como hará para seguir con el crecimiento económico, como poder afrontar la pandemia, como luchar contra la inseguridad. Lo único que le hemos escuchado, es que desea cambiar la constitución. Como si con eso se lograra vencer la pobreza, el hambre, la inseguridad. ¿Que perverso deseo hay detrás de todo esto???
Si yo fuera asesor de Keiko, le sugeriría:
- que pida disculpas públicas, por los errores de sus congresistas, que seguían sus indicaciones.
Un acto de contrición sincero la ayudaría tremendamente. Y nos recordaría la segunda chance que le dimos a Alan García. - Luego, debería de hacer una campaña de comparación de los años 80 y lo que su padre hizo en los 90, donde logro la pacificación interna y externa y además el cambio económico que nos ha dado todas estas reservas, que se han necesitado para tener recursos de lucha contra la pandemia.
- Un plan claro de como enfrentar la pandemia.
- Un pronunciamiento de ayuda a la inversión minera y una ayuda al agro.
Reflexión Necesaria
Lo único que esta impidiendo, que todas esta ideas tanto de derecha o izquierda puedan progresar, es el tema de la honestidad.
Este país es el país de la angustia, por la corrupción, es el mal que nos viene consumiendo e impide que el país avance.
Si la gente decente, patriota y emprendedora ingresara a la política, el país podría combatir de alguna manera la corrupción.
Siento que es una utopía.
Ojala me equivoque y este maravilloso país reflexiones y que las elecciones del 2021, sean un punto de quiebre para lograr dejar de ser el país de las angustias. Lampadia