Entrevista a Jaime de Althaus
Expreso, 22 de enero del 2025
Aaron Salomón
Periodista afirmó que el cuestionado fiscal adelantó abruptamente la acusación para perjudicar electoralmente a Keiko Fujimori.
Jaime de Althaus, ¿qué opinas de que se haya caído el caso ‘Cócteles’?
Ese caso nunca debió abrirse. El juez Víctor Zúñiga no debió haber permitido que la denuncia pasara. Se trata de un caso de persecución política, que es incompatible con una democracia. Las donaciones de campaña no eran delito hasta el año 2019. Entonces, lo que se ha querido es criminalizar las donaciones de campaña, forzando la figura de lavado de activos, que no corresponde en este caso. Se ha construido un gran tinglado de hechos y medias verdades para llevar a juicio a políticos y empresarios, por razones ideológicas en algunos casos.
Lo que el Equipo Especial Lava Jato ha logrado es destruir parte importante de la clase política, lo que ha llevado a que fuera elegido Pedro Castillo en el año 2021. Keiko Fujimori quedó completamente desacreditada ante la opinión pública después de una prisión preventiva abusiva de casi dos años.
En el caso de Ricardo Briceño, lo incluyeron en el juicio por haber promovido una campaña publicitaria a favor de la economía de mercado. Incluso, no era presidente de la Confiep cuando se llevó a cabo la segunda campaña.
Lo acusan de haber engañado a la propia Confiep, destinando los dineros hacia la campaña de Keiko Fujimori, cuando esos fondos se destinaron a una campaña de televisión en defensa de la economía de mercado. Todo esto es absurdo. Se han querido construir delitos que no existían simplemente para acusar y meter a la cárcel a la gente, al más puro estilo bolivariano.
José Domingo Pérez dijo que en la casa de Briceño se había realizado un cóctel, lo que era falso.
Se produjo un cóctel en otra casa de la misma calle.
Ni siquiera estaba terminada de construir la casa de Briceño.
Es ridículo. Lo increíble también ha sido que el fiscal Pérez le encargó a una fiscal de La Victoria que revisara el caso de Briceño y preparara la acusación, pero ella no encontró absolutamente nada y lo archivó. Sin embargo, Pérez no le hizo caso a este archivo y acusó a como dé lugar.
El juez Víctor Zúñiga Urday permitió que José Domingo Pérez subsane 19 veces la acusación.
La función del juez es de control, y para eso está: revisar la pertinencia y veracidad de la acusación. Pero este juez rechazó 19 veces la acusación, pidiendo que se subsanaran todos los errores y, al final, los errores no fueron subsanados, sino que el juez Zúñiga, en complicidad con Domingo Pérez, permitió que siguiera adelante el caso en vez de archivarlo. El destacado penalista Arsenio Oré ya explicó que un pedido de subsanación solo se puede hacer legalmente una vez y no 19 veces. El juez debió archivar el caso, pero no lo hizo porque era un juicio político, y eso no se puede aceptar en una democracia.
José Domingo Pérez presentó la acusación cuando faltaban diligencias y lo hizo antes de las elecciones del 2021, cuando Keiko Fujimori lideraba las intenciones de voto.
Eso fue escandaloso. No se había terminado la investigación, pero el fiscal adelantó abruptamente la acusación para perjudicar electoralmente a Keiko Fujimori, lo que, en cierta medida, logró.
Porque los titulares de los medios fueron que Domingo Pérez pedía 30 años de cárcel para la acusada Keiko Fujimori.
Esa fue otra prueba de la persecución política.
¿Debería haber una nueva acusación? En una columna, tú señalaste que Domingo Pérez y Zúñiga Urday deberían ser retirados del caso y sancionados.
Deben ser sancionados, y este caso debe ser archivado. Es una manera de pacificar la política en el Perú. La persecución que ha habido contra Keiko Fujimori, Alan García, Ollanta Humala y Nadine Heredia, Lourdes Flores, entre otros, ha envenenado la política.
El caso de Alan García es escandaloso porque se habla de una “coima diferida” de Odebrecht por una conferencia por la que cobró 100 mil dólares.
Es increíble. Alan García daba conferencias en todo el mundo y cobraba entre 50 mil y 100 mil dólares porque era un gran orador y fue dos veces presidente. Todo esto ha sido pura persecución política. Hubo una convergencia entre el populismo político de Vizcarra y el populismo judicial de los fiscales Lava Jato, empujados por IDL, Gorriti y muchos medios. Esto ha sido terrible porque llevó al cierre del Congreso y al desprestigio general de la clase política, lo que finalmente derivó en la elección de Pedro Castillo.
¿Keiko Fujimori debe pedir algún tipo de indemnización por su injusta prisión preventiva?
Nadie le va a devolver el tiempo que estuvo en la cárcel. A ella la destruyeron políticamente. En el año 2016, ella sacó en primera vuelta como 35% de los votos, pero, en el 2021, luego de las prisiones preventivas, apenas alcanzó el 12%. El partido Nacionalista desapareció. Y a Alan García lo mataron prácticamente.
¿Cuál debe ser el destino de Pérez y Zúñiga?
Ellos tienen que salir del caso y ser sancionados por todo esto. Son responsables de un juicio profundamente abusivo que ha destruido parte de la política en el Perú y nos ha llevado a la situación en la que estamos ahora. Esto no puede permanecer impune; tienen que recibir una sanción muy fuerte, porque no se pueden burlar así del debido proceso y de la democracia.
Como conclusión, ¿Pedro Castillo es el hijo de la judicialización de la política?
Exactamente.
El sesgo político fue muy notorio
Jaime de Althaus señaló que el fiscal José Domingo Pérez y el juez Víctor Zúñiga Urday actuaron con sesgo político en el caso “Cócteles” y pide que sean sancionados por sus acciones.
El periodista criticó la judicialización de la política en el Perú y afirmó que ese caso fue una persecución política que perjudicó gravemente a Keiko Fujimori.
El fiscal Pérez presentó la acusación sin concluir las investigaciones, lo que, según Jaime de Althaus, buscaba interferir en las elecciones presidenciales de 2021.
El periodista aseguró que la actuación de José Domingo Pérez y Víctor Zúñiga permitió una serie de irregularidades que dañaron la democracia y envenenaron la política peruana.
Asimismo, Jaime de Althaus calificó de escandalosa la persecución política contra figuras como Keiko Fujimori y Alan García, atribuyéndola a intereses ideológicos y populismo judicial.