Oportunismo ideológico
El movimiento emergente promercado y la oposición
Iván Arenas
Para Lampadia
De alguna manera u otra, en los últimos días ya se empieza a ver de manera nítida la estrategia política que desarrolla el gobierno de Castillo. Dicha estrategia tiene en el corto plazo el objetivo de evitar una posible vacancia frente a la catarata de denuncias e investigaciones en su contra y de su familia más cercana. De alguna manera los experimentados asesores marxistas del presidente Castillo han empezado a recurrir, además, a la nueva sociología nacional e intentan colocarse a la cabeza de la representación del movimiento emergente popular, plebeyo y promercado. ¿A qué nos referimos? Veamos.
Si bien en las últimas semanas, Castillo ha intentado organizar su defensa política alrededor de los denominados “movimientos sociales” y ha convocado a sus respectivos dirigentes a reunirse y cerrar filas con su gobierno, vale indicar que dicha estrategia no deja de ser un wishful thinking por la sencilla razón que muchas de estas organizaciones son solo un cascarón. Una estrategia como esa solo podía haber resultado en décadas anteriores, cuando el movimiento social era amplio y representativo.
En Palacio, los asesores de raíz marxista formados en las lides universitarias se han dado cuenta que con todo lo anterior Castillo no llega a mucho. De allí hacia adelante, la estrategia de Castillo ha avanzado a tratar de ponerse a la cabeza del movimiento emergente popular y pro mercado con sendas reuniones, primero con el bajón de impuesto a miles empresarios del rubro turístico y luego asumiendo compromisos con representantes de la minería artesanal, un verdadero motor del capitalismo popular.
Ahora bien, ¿no parece una contradicción que Castillo, en su día un promotor del colectivismo cerronista, así como de la Asamblea Constituyente de corte chavista, trate de liderar al sector popular, plebeyo y pro mercado e intente buscar por allí respaldo político para evitar una posible vacancia?
De alguna u otra manera, Castillo, quien continúa presentándose como el anti establishment político frente a los “grandes medios” y a los “políticos limeños de siempre que intentan vacarlo”, intenta liderar el movimiento emergente popular y pro mercado recogiendo demandas que revelan que estas sociedades emergentes están excluidas de la formalidad por responsabilidad absoluta del propio Estado. Por ejemplo, al pequeño minero artesanal o informal se le exigen libros contables, contratos de explotación del mineral, cálculo de reservas probadas y las últimas declaraciones juradas.
Así, en Palacio pareciera que los asesores han llegado a la conclusión de que es hora de representar a ese universo emocional y poderoso que es el movimiento emergente popular y promercado, el antiestablishment económico frente al Estado. Es obvio también que lo que Castillo hace es utilizar al movimiento popular promercado para salvar el pellejo, no hay nada novedoso en ello.
La oposición promercado en el Congreso, más allá de buscar los votos para la vacancia esperando los resultados de las investigaciones del Ministerio Público, debería abocarse a legislar a favor de las reformas que permitan reducir ese Estado que excluye al movimiento emergente promercado.
La oposición promercado en el Congreso tiene el enorme e imperioso deber de representar al movimiento emergente de capitalismo popular. Es ahora. Lampadia