Por: Iván Arenas
Perú21, 26 de enero del 2024
“La minería informal o en vías de formalización es capitalismo. Apoyar proyectos colectivistas, como en su día se hizo con Pedro Castillo, es una absoluta confusión ideológica”.
Estimado lector, existe una grave confusión ideológica en un gran sector de mineros informales y/o en vías de formalización que se ha dejado ver de manera clara en estos últimos días a propósito de la marcha que han organizado sus gremios para la derogatoria del Decreto Legislativo 1607 que les impone hasta marzo próximo un plazo de 90 días para regularizarse. ¿Cuál es esa confusión ideológica? Lo explico.
Con el objetivo de derogar el DL 1607, un sector importante de dirigentes de los gremios mineros informales y en vías de formalización se han reunido con algunos congresistas, entre ellos con Waldemar Cerrón y la bancada de Perú Libre. En la reunión algunos representantes indicaron que se “necesita una nueva constitución” que “beneficie al pueblo en contra de la derecha abusiva”.
Todo lo anterior calza dentro de la narrativa o relato de que los gremios de los miles de mineros informales y/o en vías de formalización desarrollan en estos días. Según los dirigentes mineros, existe una “oligarquía minera” que “maneja el país” y que el DL 1607 es una ley “hecha” por esta “oligarquía” contra ese minero artesanal y pequeño. En suma, estaríamos en una lucha entre buenos y malos, entre poderosos y pequeños. Aquí viene la confusión ideológica.
Los mineros informales o en vías de formalización en esencia tienen el mismo espíritu capitalista que empuja a la minería moderna peruana, a la gran y mediana minería a imponerse a la “venganza de la geografía peruana” y que cumple los estándares sociales, ambientales y laborales. Pedir entonces —ante Cerrón y la bancada socialista de Perú Libre— la elaboración de una nueva constitución de corte colectivista —como pretende el marxismo dentro de Perú Libre— es simplemente el suicidio para ese minero. Si hay algo que no son los miles de mineros informales o en vías de formalización son precisamente socialistas. Pedirle a Cerrón una nueva constitución es ponerse la soga al cuello.
Asimismo, parte de esta confusión ideológica es decir que existe una “oligarquía minera” que tiene la propiedad y el “poder absoluto” de las concesiones cuando uno de los principales problemas de la minería informal y en vías de formalización es con sus arrendatarios (que no es la gran minería precisamente). De allí entonces, el principal enemigo de la formalización es el Estado en su conjunto y no la pretendida “oligarquía minera”. Por ejemplo, los gobiernos regionales, a través de las Direcciones Regionales de Minería, tienen la función de evaluar los instrumentos ambientales. La arquitectura de la formalización hecha por el Estado es un fracaso.
Necesitamos una nueva formalización y tener las ideas claras. La minería informal o en vías de formalización es capitalismo. Apoyar proyectos colectivistas, como en su día se hizo con Pedro Castillo, es una absoluta confusión ideológica.