Por: Iván Arenas
Perú21, 23 de febrero del 2024
“No es absoluta casualidad que el cambio de timón en el Ministerio de Energía y Minas (Minem), la salida de Óscar Vera y la asunción de Rómulo Mucho, se dé justo antes de realizarse el PDAC 2024″.
En los próximos días de marzo se realizará en Toronto, Canadá, el Prospectors & Developers Association of Canadá (PDAC 2024), probablemente uno de los eventos mineros más importantes del planeta que reúne inversionistas, analistas financieros, autoridades de diversos países, ejecutivos del sector y —otra vez— una delegación peruana estará presente. Para entender los cambios ministeriales en el Gobierno es necesario mirar el marco internacional en el que nos movemos.
En ese sentido, no es absoluta casualidad que el cambio de timón en el Ministerio de Energía y Minas (Minem), la salida de Óscar Vera y la asunción de Rómulo Mucho, se dé justo antes de realizarse el PDAC 2024. Vale recordar que en el PDAC 2023, el PCM Alberto Otárola flanqueado por el entonces ministro de Energía y Minas Óscar Vera prometió una terapia de shock para reducir la maraña de regulaciones y la “tramitomanía”, y si bien los avances van a paso lento, algo hay que mostrar (la ventanilla única minera para el caso de las exploraciones).
En esta nueva edición del PDAC 2024, el Perú y sobre todo el gobierno de Boluarte, debe y tiene que mostrar a los inversionistas que está dispuesto a cambiar de rumbo en el sector minero y corregir fallas si es necesario. De allí entonces la llegada de Rómulo Mucho quien tiene conexiones con el mundo minero en estas ligas.
Basta mirar un ejemplo del cambio de rumbo del Gobierno en la cuestión minera. En el Perumin 2023, el extitular Vera afirmaba sus deseos para que se ejecute el proyecto Tía María en Arequipa; sin embargo, fue desdicho por Otárola. Pues bien, en sus primeras declaraciones, Rómulo Mucho ha dicho sin ningún rubor o miramiento que Tía María se debe ejecutar porque es una tabla de salvación económica para Arequipa y el sur peruano, amén del impacto económico y social que tendría, además de irradiar confianza en el sector privado minero. ¿Ha reaccionado Otárola contra las palabras de Rómulo Mucho? Juzgue usted.
De eso se trata entonces: de la confianza y de corregir los yerros. Por eso el Perú va al PDAC 2024 preparado para demostrar que es un país capaz de otorgar confianza al empresariado minero que, como todo inversionista, ama el riesgo, pero se corre de la incertidumbre. Y el Perú necesita inversión privada para echar a andar la enorme cartera de proyectos por más de US$53 mil millones.
Ahora bien, cada vez más, en eventos como estos hace bien acercarse a analistas de inversión que serían los consigliere del empresariado, hombres dedicados a medir el “riesgo social y político” en un país. Allí hay una veta para explotar porque toca convencerlos a ellos que confíen en el Perú.