Iván Arenas
Perú21, 28 de febrero del 2025
«Trump acaba de anunciar una investigación ‘técnica’ cuyo resultado, en los próximos días, determinará o no la fijación de aranceles al cobre que importa. Atención, Chile, que exportó en 2023 a EE.UU.»
Meses atrás, escribí aquí que hay una geopolítica de los minerales, sobre todo una geopolítica del cobre. En los últimos días, la geopolítica de los minerales —la del cobre en especial— marcha a todo trapo. De fondo está la carrera entre EE.UU. y China para lograr lo que se llama el “control de los mercados mundiales del cobre”. Antes de continuar vale subrayar lo siguiente: no existe ni cuarta ni quinta revolución industrial sin el cobre.
¿Qué quiere Trump? Quiere —como dijimos— no tener crisis en la línea de suministros de cobre. La energía, la construcción, los vehículos eléctricos y toda su industria armamentística necesita del mineral rojo. Quiere, además potenciar su propia producción nacional. EE.UU. produce solo 1.7 millones de toneladas de cobre e importa la mitad de lo que su industria necesita.
Trump acaba de anunciar una investigación “técnica” cuyo resultado, en los próximos días, determinará o no la fijación de aranceles al cobre que importa. Atención, Chile, que exportó en 2023 a EE.UU. casi US$5 mil millones, el Perú lo hizo por más de US$700 millones. Trump quiere abrir sus minas, pero el tiempo de ejecución es implacable. Su “seguridad nacional” está a merced de otros países. ¿Y el Perú? A eso vamos ahora.
El Perú es el tercer productor de cobre a nivel mundial luego de la República del Congo, país sumido hoy en el caos militar. Una guerrilla terrorista financiada por Ruanda ha tomado ciudades en el noreste, lejos aún del “cinturón del cobre” donde la estatal china Narinco tiene las grandes operaciones y yacimientos de cobre. El Perú produce 2.7 millones de toneladas, el Congo produce —con todos sus problemas— 3.3 millones. Otro dato: la carga fiscal del Congo es de 71%; la del Perú de 42%.
Hoy el Perú está en un momento “plateau”, en una “meseta de producción”, sí se quiere. De acuerdo a un estudio de José Gonzales de GCG Advisors, el Perú mantendría este momento “plateau” por algunos años más con una producción de 2.8 millones de toneladas. El estudio en referencia indica que podríamos pasar esta “meseta” si ejecutamos 15 nuevos proyectos mineros, incluido Tía María, Zafranal o Río Blanco.
Miren estos números. De ejecutarse los 15 proyectos de cobre la inversión llegaría a más de US$26 mil millones. Asimismo, a 2037 (año de entrada del último proyecto) se pasaría de exportar alrededor de 2.8 millones de toneladas a más de 5 millones; y entre el 2025-2037 se generaría más de US$594 mil millones en ingresos brutos totales. ¡Semejantes números!
¿Qué hacer? Allí la cuestión. Afianzar las relaciones con China, nuestro principal mercado y acercarnos a Trump. En los próximos días se realizará en Canadá el PDAC, uno de los encuentros de cobre más importantes del mundo, esta será una ventana de oportunidad.