Por Ismael Benavides
Expreso, 19 de abril del 2024
Escuchando los debates de los congresistas sobre el retiro de los fondos de pensiones de las AFP, es sorprendente la cantidad de lugares comunes, falsedades y barbaridades que se han dicho. Si todo fuese cierto y sustentado técnicamente, no me quedaría otra que tirar al traste todo lo aprendido en la Universidad y la experiencia adquirida durante años en el sector privado y el estado y volver a los claustros universitarios. La nueva teoría económica elocuentemente expresada por el señor Luna Gálvez y los congresistas de izquierda es lamentable, y a pesar del daño de la norma, se logró aprobar con 97 votos y 5 en contra comprobando una vez más el efecto manada de los políticos que priorizan el supuesto beneficio inmediato sobre la tragedia futura. Esto también nos obliga a pensar que en un congreso lleno de “mocha sueldos” a lo mejor habrá algún interés detrás de esta norma, o habrá algún negocio que no estamos viendo. Lo que sí está claro es que para la izquierda esto es un tema ideológico, que refleja por un lado su rechazo a cualquier acumulación de patrimonio de las personas, a pesar de la acumulación de 300,000 dólares para el departamento de la señorita Bazán y por otro su predilección por el empobrecimiento de la población para así controlarla a través del estado.
Entre las genialidades que se dijeron en el Congreso vale la pena resaltar entre otros, la lista de empresarios peruanos que según una congresista iban a ser afectados por el retiro, obviando esta ilustrada señora que de las cuatro AFP 3 son de capitales extranjeros que nada tienen que ver con el empresariado peruano y una es de Credicorp, listada en la bolsa de Nueva York donde las propias AFP tienen un importante paquete de acciones. Otro concepto que se esbozó alegremente fue que el retiro pondría dinero en el bolsillo de los peruanos con lo que se estimularía el consumo y se dinamizaría la economía (en febrero la economía creció 2.85% sin ningún retiro) convenientemente olvidando el impacto que podría tener en la inflación y el mantenimiento de altas tasas de interés que irían en contra del propio consumo y el crecimiento de la economía. Pero la demagogia y el populismo pudieron más y cuáles borregos, los congresistas más sensatos votaron por el esperpento. Nadie se los va a agradecer.
Las AFP no están exentas de culpa, no innovaron productos, no se acercaron a sus clientes y a construir relaciones, y se aferraron a sus altas comisiones mirando al corto plazo y no el valor de vida de sus clientes. Pero nadie puede acusarlas de apropiarse de sus fondos que fueron rentabilizados adecuadamente, y han podido ser retirados sin contratiempos, a diferencia de la ONP del Estado que es solo un esquema piramidal más cercano a CLAE que un fondo verdadero de pensiones.
Finalmente, los grandes perjudicados con esta malhadada ley hoy no solo serán los pensionistas y sus familiares, sino el ahorro nacional que habrá caído con todos los retiros en 121,962 millones de soles, o 14% del PBI, reduciendo dramáticamente el capital para inversión y el crecimiento de la economía. Otro afectado será el estado peruano al tener las AFP que liquidar sus tenencias de bonos soberanos a precios descontados, obligando al MEF a recurrir al endeudamiento externo en el futuro, aumentando el riesgo país y deteriorando nuestra calificación crediticia. Por último, está el pueblo peruano en general que se verá golpeado con mayor inflación y mayores tasas de interés, con una economía que ralentizará su crecimiento por falta de inversión y las generaciones de jóvenes que no encontrará empleo. En suma, todos pagamos.
Hecho el daño solo queda mirar al futuro y crear un nuevo sistema de pensiones más competitivo y justo, que incluya a las AFP como una opción entre otras en un abanico de proveedores del servicio de pensiones, donde los pensionistas estén protegidos y con el menor costo para el estado. Pero esto es demasiado importante para dejárselo solo a los Congresistas.