Ismael Benavides
Expreso, 26 de julio del 2024
A pocos días del anuncio de Southern por el inicio de las obras de la mina Tía María, en un elegante hotel de Lima, con un opíparo desayuno, y ante una raleada presencia de la prensa, se presentó la crema y nata de las ONG antimineras, Cooperacción, representada por José de Echave, de triste recordación, Marta Villanueva como representante del GRUFIDES de Marco Arana y Mirtha Vasquez, David Velasco de FEDEPAZ, con David Meza conocido agitador del Valle del Tambo, y la congresista cuzqueña Ruth Luque, conocida por su rol antiminero en Derechos Humanos sin Fronteras.
Coincidentemente, al día siguiente,17 congresistas de bancadas de izquierda firmaron un pronunciamiento promovido por la congresista Luque, totalmente distorsionado y manipulado con argumentos y desinformación en contra de Tía María, curiosamente con un solo congresista arequipeño.
El 12 de julio se hicieron presentes en Cocachacra, 7 de los congresistas firmantes, incluyendo una San Isidrina que jamás ha tocado un terrón del campo, promoviendo la paralización de Tía María ante unos pocos supuestos afectados o anti-mineros, movilizados y financiados por las ONG en cuestión.
La paralización que promovieron coincidentemente con el de la CGTP el 19 de julio, no tuvo eco en los hastiados moradores del Valle del Tambo que hoy aceptan el proyecto.
Tía María tiene 30 años en gestión desde que se iniciaron las exploraciones en 1994, y recién en el 2003 se anuncia que había suficiente mineral para justificar un proyecto minero.
A partir de esa fecha los antimineros desarrollaron una intensa campaña en contra del proyecto, engañando a la población sobre los peligros a la agricultura con el lema “Agro sí, Mina No”, que tuvo un éxito inicial en la población, lo que les permitió a los agitadores paralizar el primer estudio de impacto ambiental del año 2011, continuando periódicamente con protestas y manifestaciones en contra de la mina.
Progresivamente la resistencia fue cediendo y en el 2014, luego de pasar sus audiencias públicas, se aprobó el segundo EIA, y en el 2019 el gobierno le dio la licencia de construcción.
Entre tanto Pepe Julio Gutiérrez y dos agitadores más fueron condenados a largas condenas de prisión por extorsión y atentados contra los servicios públicos, dedicándose la empresa a informar a la población enfatizando que no usaría agua del río Tambo y más bien desalinizaría agua del mar, además de intensificar una campaña contrarrestando las mentiras y un activo e intenso apoyo a la población en diversos aspectos sociales. Tía María hoy es aceptada en Islay.
La provincia de Islay y el Valle del Tambo son zonas muy pobres en Arequipa, dependiente principalmente de la agricultura y el turismo regional, con un ingreso per cápita que ronda los US$ 4,000 anuales, la mitad del promedio de la región Arequipa.
El proyecto minero Tía María vendría con la construcción de una represa para guardar agua en épocas de escasez en el río Tambo, qué permitiría tener dos cosechas al año en vez de una, mejorando notablemente el nivel de vida de los agricultores.
Adicionalmente Tía María generaría 9,000 empleos directos en la etapa de construcción y 5,000 directos e indirectos en la etapa de explotación. Produciría 120,000 tm de cobre anuales, que al precio de hoy serían US$ 1,200 millones, y en un horizonte de 20 años generaría cerca de 11,000 millones de soles en impuesto a la renta, incluyendo 5,460 millones de soles de canon.
La provincia de Islay recibiría 100 millones de soles anuales, o sea 1’920,000 soles por cada uno de sus 52,000 habitantes. Aumentaría el PBI per cápita de toda la región Arequipa en 820 dólares anuales o 9% y más que duplicaría el PBI de Islay, eliminando la pobreza.
Esto es lo que no quieren las ONG que lucran de la pobreza y los congresistas antiperuanos atacando la prosperidad del Perú y su pueblo, por falta de empatía con la pobreza y priorizando su ideología. Los peruanos no podemos permitir que la izquierda se lleve otro trofeo de una mina paralizada y el bienestar de los peruanos empobrecidos.