Por: Ismael Benites
Expreso, 11 de agosto del 2023
La confianza es un conjunto de indicadores o información objetiva como puede ser el grado de inversión de un banco o de la República, pero también reúne muchos sentimientos subjetivos, que son como un velo muy delicado que puede romperse ante una serie de factores inciertos.
Por ejemplo, el solo rumor de un banco en problemas inmediatamente genera colas de gente retirando sus depósitos o la palabra “reforma agraria” levanta espíritus de miedo y temores de expropiación y pérdida de sus bienes en muchos peruanos. Bueno, eso es lo que ocurrió con Castillo, con su famosa “segunda reforma agraria” y después con su retórica antiempresarial y su discurso de odio entre peruanos. ¿Qué ocurrió? Fugaron cerca de US$ 20,000,000 millones, la inversión privada cayó a 0.4% del PBI en 2022 y está en -12% en lo que va del año. Sin inversión privada no hay crecimiento y tampoco hay generación de empleo ni reducción de pobreza.
El gobierno habla de la necesidad de inversión privada, lo remarca el Ministro de Economía y el Premier, pero no hay respuesta de los agentes económicos por diversas razones que van desde la percibida inestabilidad del Gobierno y un Congreso que aún lanza iniciativas de vacancia presidencial o la falta de un candidato pro mercado para el 2026. Con “Punche Perú” no basta, ni lo son las dádivas a los sectores marginales, se necesitan acciones fuertes que despierten los instintos empresariales y relancen la inversión.
El Perú ha pasado por más shocks de los que nos hubiéramos imaginado en los últimos años, la extendida corrupción de Odebrecht, 6 presidentes, la pandemia, la elección de un presidente comunista, los rezagos que nos dejó, la inflación de los últimos 2 años y la recesión actual de la economía, probablemente mas shocks que cualquier otro país de la región. Todo ello han sido claramente elementos que han generado desconfianza.
Es interesante comparar la situación actual con la que heredó Fujimori en 1990, con hiperinflación, corrupción, y terrorismo, y una clara falta de confianza de los Peruanos en su país. Las medidas fueron dramáticas, el shock de la liberación de los precios y el dólar en 1990, la derogatoria de varias leyes antiinversión como la ley de reforma agraria y la de industrias, el cambio de la Constitución, la nueva ley de Bancos, y las privatizaciones que empezó con la Telefónica, Hierro Perú y los Bancos.
La independencia del BCR y sólidas políticas macro económicas consolidaron el buen manejo de la economía y recién en 1996 con la implementación del Plan Brady nos reinsertamos en el mundo financiero internacional, solo logrando el grado de inversión en el 2008. La consistencia de las políticas macroeconómicas y la apertura al mercado y los TLC nos permitieron crear un buen entorno para la inversión privada nacional y extranjera que nos llevó a crecer aceleradamente hasta el 2016.
El tema que nos ocupa hoy es como hacer para retomar la confianza que tanto nos logró conseguir. No voy a tocar dos temas esenciales que el gobierno y el poder judicial deben atacar, que son la seguridad ciudadana y la corrupción, y el Congreso debe abocarse a las reformas que permitan retomar los cauces democráticos trastocados por Vizcarra y garantizar una elección tranquila en el 2024.
En el frente económico que es lo que nos preocupa, el Gobierno debe de ser audaz y creativo, evitando romper las reglas fiscales, y tomar acciones que despierten el entusiasmo de los inversionistas. Lo primero que deben percibir es que el Gobierno está seriamente apoyando a la inversión privada y eso se da con señales concretas de alto impacto que deben ser lideradas por el MEF.
Empezaré con la designación de un “zar” de simplificación y eliminación de trámites en el PCM, con capacidad de eliminar trámites no justificados en cualquier sector, es iluso pensar que cada sector lo haga.
Dar medidas de rápido impacto a favor de la inversión, como la devolución automática del IGV para las compras de bienes y equipos nuevos, y diferimiento de los pagos a los municipios. Estudios de Impacto Ambiental simplificados para nuevas inversiones y automáticos para ampliaciones, eliminación del CIRA, por una liberación anticipada de áreas libres de restos arqueológicos. Hacer programas de empleo juvenil con menor costo para las empresas para absorber el desempleo juvenil.
Otra señal poderosa sería lanzar APPs por Proinversión para dinamizar la obra pública, conjuntamente con concesiones y privatizaciones especialmente en el sector eléctrico con energías renovables y en telecomunicaciones, como la gestión de la red dorsal y el internet satelital.
¿Habrá visión y la decisión política para implementar estas medidas?