Por Ismael Benavides
Expreso, 15 de marzo del 2024
A raíz del debate sobre la legislación de los fondos de pensiones parece que a los peruanos nos gusta “tropezar varias veces con la misma piedra”, en otras palabras, la torpeza o vileza de los legisladores nos está llevando a una destrucción de las pensiones de vejez y el ahorro nacional a largo plazo en el Perú. Si no fuese trágico resulta hilarante escuchar a los congresistas “genios de la economía” decir con toda suficiencia y facilidad que un nuevo retiro de las AFP reactivaría la economía, o fomentaría el consumo o financiaría viviendas, etc. Dios nos libre de tanta ignorancia acumulada para pronunciarse sobre dinero ajeno.
En todo el Mundo civilizado las pensiones de las personas son tratadas con sumo cuidado y sujetas a políticas públicas muy estables y sólidas para proteger la vejez de sus ciudadanos. En Estados Unidos los trabajadores cuidan como oro sus fondos en los 401 k o los gigantes fondos de pensiones de gremios como el de los maestros administrados por profesionales de la inversión manejan billones de dólares buscando la mayor rentabilidad para asegurar los flujos para sus pensionistas. En el Perú desde la fundación de la Seguridad Social en 1936 por el Presidente Óscar R. Benavides las pensiones aunque en un sistema de reparto igualitario, hoy inviable, fueron tratadas con sumo cuidado, pero es a partir del Gobierno militar de Velasco con el Decreto Ley 19990 que creó el Sistema Nacional de Pensiones, el Estado empezó a usar esos fondos para financiar sus actividades, y Belaunde en 1982 financió la autopista al sur emitiendo bonos que compró la Caja de Pensiones y lo propio hizo Alan García en su gobierno, pero a diferencia de hoy que destruyen las pensiones con los retiros, en el pasado lo hicieron licuando las pensiones con inversiones no rentables y con la inflación. Recuerdo a un gerente jubilado de una gran empresa azucarera recibiendo en 1980 una pensión de 700 soles, imagínense lo que hizo la hiperinflación con esa pensión hasta el año 1990.
Pero la otra cara de la moneda de las pensiones es el ahorro y lo que significan esos fondos para financiar el desarrollo nacional. El Perú como todos los países del mundo necesita recursos y ahorro a largo plazo para financiar la inversión pública y la inversión privada, con colocaciones que generen la seguridad y rentabilidad necesaria para cubrir los flujos que requieren los pensionistas. Pero en el Perú es a la inversa los retiros han llevado a reducir el fondo de pensiones en 50%, de 24% del PBI a 12% y las colocaciones de bonos de empresas y bancos en el mercado peruanos ha caído de $ 23 mil millones en el 2019 a $ 14 mil millones en el 2023, obligándolas a endeudarse en el exterior, y no solo eso sino restringiendo el fondeo a largo plazo que se requiere para financiar hipotecas y vivienda social.
Gracias a los genios de las finanzas en el Congreso se está empobreciendo a los pensionistas y cercenando el ahorro a largo plazo que necesita el Perú para financiar su desarrollo y la vivienda popular, y fiel al dicho” hoy nadie sabe para quién trabaja”, los grandes beneficiarios de la insistencia del congresista Luna Gálvez para aprobar los retiros de las AFP son los banqueros que recibirán esos fondos.