Ismael Benavides
Expreso, 14 de febrero del 2025
Iniciamos los últimos 17 meses del quinquenio 2021-2026 del Gobierno que inició el malhadado golpista Pedro Castillo y culmina de mejor forma Dina Boluarte, con un país sin sobresaltos políticos ni económicos, pero con un gobierno desacreditado, un congreso despreciado, y una población atemorizada por la espiral de violencia delincuencial que nos azota. Pudo haber sido peor si Castillo continuaba. Los medios caviarizados y las voces que aseguraban la caída de Dina casi con día y hora, se han apaciguado, y parece que ella los ha ganado por cansancio. Ahora corresponde al gobierno convocar a elecciones ordenadamente, y administrar correctamente los destinos del país para entregarlo de la mejor forma, al siguiente gobierno democráticamente electo.
Siempre se ha pensado que un Gobierno de salida poco puede hacer en mejoras y reformas, pero la realidad demuestra lo contrario y son varios los gobiernos que han logrado medidas importantes en el último año. El tema de inseguridad salta a la vista como prioridad, pero centrándonos en el tema económico, y aprovechando los vientos favorables de la economía que vuelve a crecer, la baja inflación, y la recuperación de los indicadores de confianza empresarial y de consumidores, el Ministerio de Economía tiene varias tareas y medidas que aún puede tomar, más aún con un ministro exitoso promotor de inversiones en Proinversión.
La primera tarea es obviamente reducir el déficit y mantener los equilibrios fiscales. Los ingresos van a mejorar por la minería y la recuperación económica, pero la gran tarea es contener el gasto corriente impidiendo que siga inflando la planilla del estado e imponiendo medidas de austeridad y control del gasto superfluo. Contener al Congreso va a ser una gran tarea. En segundo lugar, entrando a un año preelectoral es fundamental mantener la confianza; no olvidemos que cuando se eligió a Castillo salieron del Perú US$22 mil millones, 10% PBI. Sin confianza cae la inversión privada, y sin ello no es posible continuar el crecimiento del país. En tercer lugar, asegurar el crecimiento para el próximo quinquenio, consolidando inversiones privadas en proceso y promoviendo inversión en Asociaciones Público-Privadas y Concesiones en áreas críticas como agua y saneamiento, generación eléctrica y vialidad, y cerrar todos los contratos posibles para proyectos mineros y petroleros. Otra tarea será sacar adelante la nueva ley de promoción agraria para que la inversión regrese al campo. En cuarto lugar, cuidar el frente externo en un mundo donde se ciernen amenazas proteccionistas al comercio mundial. Los TLC y las relaciones comerciales con Estados Unidos que tanto nos han costado y beneficios nos han traído, deben ser defendidas. En quinto lugar, trabajar la agenda de la productividad que es vital para tener altos niveles de crecimiento y continuar liderándolo en la región. Los avances en productividad permitirán recuperar el tiempo perdido y acercarnos a países como Chile. Se debe reactivar el Consejo Nacional de Competitividad y estimular la innovación y la productividad en las empresas. En sexto lugar debe reactivarse el mercado de capitales, venido a menos por la inestabilidad política, la fuga de capitales y los retiros de las AFP que han impedido la formación de ahorro a largo plazo en el país, y apurar la integración de las bolsas de Perú, Chile y Colombia con ese propósito. Finalmente hacerle la vida más fácil a los inversionistas y a los peruanos de a pie, destrabando y eliminando trámites, pero con acción. En el 2023 se dio un Decreto Supremo designando a un grupo de ministros con ese propósito, y dudo que siquiera se hayan reunido. No es posible que existan 270 trámites para abrir una mina, que un dueño de un auto tenga que hacer 3 trámites cada año para el impuesto vehicular, una revisión técnica risible y un soat en distintas fechas, y renovar licencia vehicular cada 5 años con irrisorios exámenes médicos, cuando podría haber un “one stop shop” como dicen los americanos y las licencias de conducir obtenerse por internet como en México. Para la minería una ventanilla única simple, y para los emprendedores liberarlos del yugo de los municipios corruptos.