Por Ismael Benavides
Expreso, 2 de febrero del 2024
A raíz del gran déficit fiscal de 2.8% del PBI de 2023, que largamente rompió la regla fiscal después de más de 20 años, diversos agentes económicos y las clasificadoras de riesgo Moody’s y Fitch han expresado sus preocupaciones al respecto, y han adelantado que de continuar con déficits tan altos podrían reducir la calificación de riesgo del Perú que como sabemos sería fatal en términos de la imagen del Perú al exterior y el atractivo para inversionistas extranjeros, así como el costo del dinero para el Estado y los privados.
Según el marco macroeconómico multianual (MMM) para el 2024, el déficit proyectado es de 2.0% del PBI, lo cual significaría un gran esfuerzo fiscal de reducir el gasto y/o aumentar la recaudación de los niveles actuales. El mismo MMM prevé una deuda pública de 33.6% del PBI para fines del 2024, comparado con 32.8% al final del tercer trimestre del 2023, lo cual deja poco margen de maniobra al MEF para financiar el déficit con deuda. Menos aún existe margen para incorporar apoyo a Petroperú en las cuentas fiscales. Sería el colmo que el Gobierno apoye a Petroperú con aportes o garantías y que ello devenga en un deterioro de la calificación de la deuda peruana que afectaría a todos los peruanos. La solución de Petroperú requiere medidas audaces y una firme decisión política que no hemos visto ante la claudicación frente a los revoltosos y corruptos en Machu Picchu.
Desde el 2020, para no ir más atrás, el Perú ha incurrido en continuos déficits fiscales importantes, principalmente por exceso de gasto corriente improductivo, y se han financiado con creciente deuda pública. El total de los déficits fiscales acumulados desde el 2020 al 2023 suma a S/ 63,620 millones como se aprecia en el cuadro siguiente:
RESULTADO FISCAL PRIMARIO
2020 2021 2022 2023 TOTAL
MILLONES SOLES CORRIENTES 19,866 13,911 14431 15412 63,620
% DEL PBI -8.9 -2.5 -1,7 -2.8 -15.9
En el mismo período, la deuda pública subió 22%, de 26.6% del PBI a 32.4%.
El presupuesto del 2024 llega a S/ 240,806 millones, un 12% más que el del 2023, y está claramente desfinanciado con una sobre estimación de ingresos, en un entorno de caída de la recaudación minera y de las empresas en general por efecto de la recesión del 2023. Ante esta situación el MEF que debería ser más agresivo en la reducción del gasto corriente, recurre entre otras, a medidas como presionar al Poder Judicial para sentencias a su favor en las reclamaciones de los contribuyentes como lo han venido manifestando varios gremios, añadiendo a la ya alicaída confianza empresarial.
Considerar que con un presupuesto expansivo para el 2024 se podrá estimular el crecimiento económico en las actuales circunstancias, es un típico análisis desde una posición Keynesiana que no toma en consideración las raíces de la situación que hoy vivimos. El crecimiento solo vendrá con un aumento de la inversión privada y el gobierno tiene todo en sus manos para destrabarlas en sectores clave para la economía y reorientar el gasto para lanzar un programa agresivo de inversión pública y de APPs para ir reduciendo las brechas de infraestructura e ir recuperando la confianza empresarial.