Ismael Benavides
Expreso, 30 de agosto del 2024
Hace unas semanas escribí un artículo sobre la capacidad empobrecedora de la izquierda latinoamericana, creadora de la mayor cantidad de pobres y migrantes en la historia de la región, empezando por Cuba, Nicaragua, Venezuela, y hoy la colapsada Bolivia. En el Perú, nuestra izquierda no contenta con paralizar la mina Conga y pretenderlo en Tía María, de paso empobreciendo a Cajamarca, hoy empieza a atacar a la agroexportación, estrella del desarrollo Peruano.
Recientemente lo más graneado de nuestra izquierda la ha emprendido contra la agroexportación en la región Ica, mintiendo sin empacho sobre los supuestos maltratos a trabajadores en los fundos formales, no solo son inexistentes, sino que las empresas deben cumplir con los más estrictos estándares internacionales y nacionales en temas sociales y ambientales, y donde el obrero agrícola gana salarios entre 30 y 100% más que sus pares en las ciudades. No encontrando material para el supuesto maltrato laboral, han inventado el tema del supuesto abusivo uso del agua por las empresas agroexportadoras en desmedro del “derecho humano” de la población por el agua. Semejante aseveración solo se asiente en la huachafería caviar de imitar la campaña anti palta de los caviares europeos por un supuesto exceso de uso del agua, y la angurria de los caviares criollos por seguir recibiendo dinero de incautas ONG europeas para beneficio propio. Destaca entre estas ONG, CODEHICA, la rimbombante Comisión de Derechos Humanos de Ica, fundada por el sacerdote comunista José Manuel Miranda y lo más graneado del comunismo iqueño, que han venido recibiendo donaciones de varios países, ONGs y la Unión Europea, y hoy es apoyada por el caviaraje nacional, desde IDL hasta la ex ministra Mocha García Naranjo, que hacen un concertado ataque contra la agro exportación iqueña con eventos y certámenes de adoctrinamiento y creación de cizaña, y publicaciones anti empresariales. Lo último es el apoyo de la ONG británica Water Witness, financiada por Suiza y Gran Bretaña aliada de CODEHICA que está auspiciando un evento este jueves 29 de la ex primera ministra Mirtha Vázquez, de triste recordación, que con el cuento de hablar de “Justicia de Género” (¿?) aprovechará para hablar del agua y contra la agroexportación.
Ica es la estrella y la iniciadora de la revolución agroexportadora peruana. Empezó con el espárrago a fines de los años 80 con un convenio con USAID, y después vinieron la uva, los cítricos, la palta y los arándanos. Hoy el 80% de las paltas iqueñas son producidas por pequeños agricultores con un enorme impacto social y económico. Alrededor de la agroexportación se ha desarrollado un círculo virtuoso de actividades industriales y de servicios, desde la fabricación de cajas para la agro exportación hasta la provisión de transporte, alimentación y vestimenta entre otros. Hoy Ica en poco tiempo ha duplicado su población a 1,100,000 habitantes atrayendo pobladores de todo el Perú, su PBI per cápita está en US$ 11,700.00 anuales, 56% mayor que el PBI del Perú y mayor que el de Lima, tiene menos de 5% de pobreza comparado con el 30% del Perú y casi pleno empleo. La ciudad de Ica tiene agua 24 horas al día y si aún hay poblados carentes de agua potable es estrictamente culpa del Estado. Existen irrigaciones en curso como la derivación de los excedentes del Río Grande a Palpa y Santa Cruz y la provincia de Ica tiene proyectos para derivar excedentes del río Pisco y el río Tambo al Valle de Ica. La agroexportación es muy cuidadosa con el uso del agua utilizando las más modernas técnicas de riego por goteo y ahorro de agua.
Es inaceptable que 35 años de esfuerzo para desarrollar el país como en la región Ica, y generar prosperidad a todo nivel social, se pretenda destruir por ONGs y personajes movidos por el afán de lucro personal y la consigna ideologizada de destruir la empresa privada sin considerar el costo social y económico para la sociedad y los más pobres.