Ismael Benavides
Expreso, 31 de enero del 2025
Mientras en el Perú seguimos con temas banales como la nariz de Dina, o “el cofre”, y la Fiscal de la Nación acusa indebidamente a los pensionistas congresistas, la violencia desatada por el hampa campea. Por otro lado, vemos con fascinación la veloz performance de Donald Trump que en solo una semana ha emitido más de 200 “Executive Orders” que van desde la suspensión del financiamiento al cambio de sexo a niños, la deportación de inmigrantes ilegales y de paso poniendo en su lugar a Petro. Su enfrentamiento con el “Deep State” de Washington y la guerra a la cultura Woke le ha ganado a Trump una andanada de ataques y desinformación de la izquierda y los medios caviarizados, pero mantiene firme su decisión de cumplir sus promesas electorales y el mandato recibido.
Lo más importante es que Trump ha atacado decididamente el déficit fiscal que fue del 6.4% del PBI en el 2024 influenciado fuertemente por el servicio de la deuda pública que alcanzó 123% del PBI, uno de los más altos del mundo desarrollado. Trump suspendió gastos superfluos como $50 millones en preservativos para Gaza, y los desembolsos de la ayuda exterior y múltiples pagos por otros conceptos de gastos hasta depurarlos. Obligó a 2 millones de empleados del Gobierno Federal a trabajar presencialmente y ofreció incentivos de 8 meses de salario para los que renuncien. Una aplicación masiva de la motosierra de Milei. La diferencia es que Trump controla el Congreso, el Senado y la Corte Suprema.
Mientras tanto en el Perú, si bien hay buenas noticias en la economía que habría crecido 4% en diciembre, tenemos reservas de $ 83,000 millones en el BCR y una balanza comercial positiva de 21,000 millones, junto con una balanza de pagos favorable en 2.1% del PBI, tenemos un gran talón de Aquiles que es el déficit fiscal que cerró el año 2024 en 3.7% del PBI o S/ 20,761 millones, que es insostenible para un país como el Perú. Cabe resaltar que el aumento de los gastos fue 9.6% en el 2024 frente al 2023 y los ingresos solo aumentaron 4.7%. Los intereses de la deuda que financia los déficits aumentaron en 10.7% en el año. El propio Ministro de Economía acepta la insostenibilidad de este déficit.
Dentro de estas cifras negativas destaca el rubro de remuneraciones del sector público que llegó a S/ 63,383 millones en el 2024, un aumento de 8.7% en el año frente a una inflación de solo 1.97% y en el quinquenio 2019-2024 los salarios del sector público aumentaron 41%, según un informe publicado por el ex Ministro David Tuesta, frente a una inflación acumulada de 26.27% en el mismo periodo. El número de empleados públicos creció en 68,417 en ese periodo para llegar a un total de 1,531,182 según SERVIR. Este aumento absurdo de los salarios fue causado principalmente por leyes populistas del Congreso y la laxitud del MEF en permitir contrataciones y aumentos indiscriminados no relacionados a productividad. Con todo esto viene la corrupción, ¿imagínense si en el Congreso hay una treintena de mocha sueldos?, ¿cuántos habrán en los ministerios, gobiernos regionales y municipios? Si a esto añadimos el 70% de las obras paralizadas otorgadas irregularmente por esas entidades, no cabe duda de que la Contraloría es correcta en afirmar que el 25% del presupuesto se va en corrupción.
No podemos esperar que un gobierno débil y de salida pueda aplicar la motosierra, pero sí puede hacer cosas cómo congelar contrataciones de personal, no renovar contratos CAS selectivamente, y evaluar en detalle donde se puede cortar grasa. Es importante desburocratizar y eliminar trámites. Tercerización es una buena opción, Senasa acaba de hacerlo con éxito en las certificaciones de fundos y containers de exportación. Muchas labores se pueden tercerizar para no contratar personal en el estado, pero sobre todo hacerle la vida fácil a la gente con menos trámites y más fáciles, desde las revisiones técnicas hasta las licencias de conducir y los interminables trámites municipales entre otros trámites. En la medida en que simplifiquemos y transparentemos cada trámite o “peaje” habrá menos lugar para la corrupción y mayor satisfacción de la población.