Ismael Benavides
Expreso, 16 de agosto del 2024
El pasado lunes 5 de agosto las bolsas de Nueva York y de Europa tuvieron caídas significativas en medio de una incertidumbre global sobre la economía norteamericana y la de China. Aunque las bolsas sé recuperaron parcialmente, el mercado rara vez se equivoca y estas caídas reflejan dudas sobre la continuidad del crecimiento de la economía norteamericana y la eventual caída en recesión. Lo cierto es que el mercado percibe que la política fiscal expansiva del gobierno de Biden y la aplicación del popurrí de políticas económicas denominadas Bidenomics tiene su límite.
Bidenomics, como la ha denominado el propio presidente Biden, se basa en una política fiscal expansiva, con una fuerte dosis de intervencionismo estatal en la economía, con subsidios y aranceles puntuales, especialmente para industrias selectas y subsidios y aumentos de salarios no relacionados a la productividad, e incremento en la provisión de bienes públicos como infraestructura y otros servicios incluidos en el ”Green New Deal” de los ambientalistas, y radicales del partido Demócrata, así como el aumento de los impuestos a los ricos y las ganancias de capital. Adicionalmente se implementaron políticas específicas como la restricción a los combustibles fósiles y el “fracking” que determinó un alza importante en el precio de los combustibles, y con impacto directo en la inflación que tiene efecto sobre toda la población. También se implementó el IRA o “Inflation Reduction Act”, que promovió la reubicación de empresas del extranjero hacia Estados Unidos mediante subsidios que se extendieron también a pequeñas empresas y capacitación de trabajadores, incluyendo aranceles a los autos chinos y acero entre otros productos, usando el comercio mundial para su política exterior.
Los resultados se verán en el tiempo, pero el exceso de gasto público también terminó en dispendio, como los $7.5 billones gastados en una red de cargadores de autos eléctricos en todo el país y solo se han instalado 7, frente al poco entusiasmo del consumidor americano por autos eléctricos. El innecesario máquinazo de $120 billones para subsidios por el COVID en el 2021 fueron gastados en muchos casos en bienes superfluos como zapatos Gucci y carteras Vuitton, ni decir del “Medicare for All” con filtraciones por todos lados. En este dispendio no está exento la promoción de las políticas “Woke”, del aborto y la maternidad controlada, así como la manipulación infantil a través de las escuelas públicas. Por último, la incapacidad del Departamento de Estado no pudo evitar la guerra en Ucrania y en Gaza que hasta ahora les cuesta más de 250 billones de dólares.
Poniéndole números a los resultados de Bidenomics, lo primero fue una inflación altísima de 7% en el 2021, 6.5% en el 2022, 3.2% en el 2023 y se estima por encima de 3. 0% en el 2024, un acumulado de casi 20% en 4 años, y una inflación pegajosa que ha obligado a mantener altas tasas de interés a la Fed y que tiene muy mortificado al pueblo norteamericano. La deuda de las personas llega a 6 trillones de dólares y solo en tarjeta de crédito 1. 14 trillones. Los déficits fiscales crecientes son históricos, en el 2021 12.4% del PBI (el año del maquinazo del COVID), en el 2022, 5.5%, en el 2023 5 8% y en el 2024 un estimado de 6.8%, Todo lo cual ha traído consigo un gran endeudamiento público para financiar estos déficits. En el 2021 la deuda pública llegó a 97.4% del PBI, en el 2022, 97%, en el 2023 98.2% y en el 2024 se estima en106%, y solo los intereses exceden el gasto en defensa, lo cual ha motivado la preocupación de las clasificadoras de riesgo.
Las propuestas de política económica de Kamala Harris son más de lo mismo y acentuadas, y los mercados perciben que esta situación de altos déficits fiscales y alto endeudamiento no son sustentables en el tiempo, por lo que están atentos a cualquier mínima señal de la economía norteamericana como la disminución de contrataciones laborales, el desempleo, la inflación y cualquier atisbo que signifique un debilitamiento de la economía norteamericana. El tema no es si se dará el ajuste, sino cuando.