Por: Ismael Benavides
Expreso, 15 de diciembre del 2023
Como parte del ajuste económico anunciado por el presidente Milei, su ministro de economía Luis Caputo anunció un paquete de medidas destinadas a reducir el gasto público para bajar el déficit fiscal primario en 5% del PBI (hoy ese déficit es 5.4% del PBI). Devaluó la moneda 100% y tomó una serie de medidas de recorte que evidentemente son duras, pero con efectos en el corto plazo en la lucha contra la inflación.
Pero el tema no termina allí y el gobierno de Milei tiene aún que enfrentar diversas otras herencias que le deja el kirchnerismo y décadas de desmanejo económico. Además del déficit fiscal el gobierno tiene otros frentes que resolver en el ámbito económico-financiero. Uno es el déficit cuasi fiscal del Banco Central Argentino que es 10.2% del PBI, y la deuda pública argentina que suma a US$ 406,603 millones, las empresas públicas que son 34, con 111,000 empleados y obreros y totalmente descontroladas y sin auditorías que suman al déficit con 1.5% del PBI y finalmente como corolario la otra gran tarea que es reducir el tamaño del Estado que hoy representa más del 40% del PBI argentino y el país no lo puede soportar.
Para continuar reduciendo el déficit fiscal no basta despedir a los recién contratados y congelar salarios o paralizar obras públicas, sino deben eliminarse dependencias y programas íntegros del Estado para que no vuelvan a re crearse. La reducción de ministerios y secretarías va en la dirección correcta y el éxito estará en la implementación para que sea profunda y duradera. La privatización de las empresas públicas deberá ir de la mano con la reducción del déficit del Gobierno central para así eliminar ese peso sobre la economía.
El déficit cuasi fiscal del BCRA (10.2% del PBI) es insostenible y es una bomba inflacionaria y debe también resolverse a la brevedad. Expertos indican que podría reducirse ese déficit a cero a fines de 2024 de tomarse las medidas correctas. Para darnos una idea de la magnitud de la deuda del BCRA, esta suma a más de 30 billones de pesos y mayoritariamente a corto plazo, pagan intereses por cerca del 5% del PBI al año con una tasa nominal de 133% anual qué compuesta es 253% y la cuenta mensual de intereses del BCRA es alrededor de 2.2 billones de pesos al mes (US$ 2.2 billones al cambio libre) que van directo a contribuir a la inflación. El principal componente de esa deuda hoy son las LELIQs o letras de liquidez que emite el BCRA a 28 días y la coloca en el sistema financiero que tiene el 80% de sus colocaciones en LELIQs y deuda pública. Menudo problema que va hacer difícil de resolver pero debe de hacerse muy rápido por su inminente impacto inflacionario.
El otro frente es la deuda pública Argentina de US$ 406,603 millones, 34% interna y 66% externa y que tiene vencimientos cercanos a los US$ 135,000 millones el 2024 y parecidos en el 2025, lo que va a obligar al gobierno a reestructurar su deuda con LELIQs, China, el FMI y otros acreedores muy rápidamente.
Todos estos frentes deben de atacarse con rapidez, firmeza y creatividad para lograr bajar la inflación y estabilizar la economía Argentina, y que la población empiece a sentir los efectos de su esfuerzo. Son indispensables estos resultados antes de las elecciones congresales de mitad del período en el 2025 para consolidar el apoyo político a las reformas, pues en el trayecto a Milei no le faltarán enemigos en los sindicatos dinosáuricos peronistas, los empresarios proveedores del Estado y los mercantilistas de siempre.
¡Persistencia en sus propósitos, el pueblo argentino se lo agradecerá, y éxitos presidente Milei!