Por: IPE
El Comercio, 7 de marzo del 2022
Recientemente, el Banco Central de Reserva jugó un rol importante para aminorar los efectos negativos de la pandemia originada por el COVID-19.
El 9 de marzo de 1922 se fundó el BCRP con el fin de centralizar la emisión de billetes, así como las reservas que los respaldaban
En un país donde muchas veces es difícil confiar en el Estado, el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) se destaca como una de las instituciones públicas más sólidas, reconocidas incluso a escala internacional. Durante sus 100 años de existencia, la entidad ha ocupado un papel importante para mantener controlada la inflación y la promover de la estabilidad macroeconómica del Perú. En el contexto actual de alta incertidumbre política, continuar garantizando la autonomía del BCRP será clave para asegurar el exitoso desarrollo del país en los próximos años.
– Moneda estable—
El 9 de marzo de 1922 se fundó el BCRP con el fin de centralizar la emisión de billetes, así como las reservas que los respaldaban, lo cual contribuyó al ordenamiento del sistema monetario en el Perú. Sin embargo, no fue sino hasta el 3 de septiembre de 1931 en que se inauguró el BCRP tal como lo conocemos y se le otorgó explícitamente el rol de estabilizar el valor de la moneda en el país.
Desde ese momento, la institución ha ocupado un papel prioritario en mantener la inflación en niveles bajos y estables. Por ejemplo, frente la crisis hiperinflacionaria de la década de los 80, el BCRP adoptó un esquema de tipo de cambio flotante a partir de 1990, bajo el cual la entidad interviene en el mercado cambiario con el fin de conservar la estabilidad de la moneda frente a otras divisas.
Con ello, se adoptó una única tasa, en lugar de las cinco cambiarias que existían hasta entonces. Además, desde ese año, el BCRP recompuso sus reservas y empezó a limitar el financiamiento que le otorgaba al Estado.
Estas reformas se concretaron con los cambios establecidos en la Constitución Política de 1993, la cual fortaleció la autonomía del BCRP al prohibir expresamente que sirva como fuente de financiamiento público, lo que le permitió disminuir fuertemente su ritmo de emisión de dinero.
Además, la entidad establece desde el 2002 un rango de inflación objetivo –actualmente entre 1% y 3%– y define desde el 2003 una tasa de interés de referencia como herramientas para mantener la inflación en un nivel bajo y predecible.
En conjunto, estas medidas contribuyeron a reducir la inflación de un promedio anual de 383% entre los años 1983 y 1993, a un promedio de 2,8% entre el 2003 y 2021.
Dicha cifra es la segunda más baja de América Latina, solo después de Ecuador (2,5%), cuya economía está dolarizada.
– Más allá de la inflación—
El BCRP no solo ha permitido una moneda más estable. Siempre y cuando no interfiera con sus metas de inflación, este también contribuye a la solidez y estabilidad del sistema financiero y de la economía peruana.
Con el estallido de la crisis financiera global de 2008, la institución inyectó hasta S/ 7,8 mil millones (2,2 % del PBI) a la economía para evitar la paralización del crédito y mitigar parte de la fuerte devaluación del sol.
Cuando la crisis internacional se profundizó, el BCRP redujo progresivamente la tasa de interés de referencia en el 2009 de 6,5% a 1,25%, la segunda más baja entre países emergentes en ese momento. En conjunto, estas medidas garantizaron el normal funcionamiento de la cadena de pagos y una rápida recuperación de la economía.
Asimismo, en el 2013, el BCRP inició un programa de desdolarización con el objetivo de reducir el riesgo de la economía frente fluctuaciones abruptas del tipo de cambio. Para ello, estableció encajes adicionales en moneda extranjera y aseguró suficiente liquidez en soles para que los bancos puedan sustituir los créditos en dólares.
Ello contribuyó que los coeficientes de dolarización se reduzcan de 45% en diciembre de 2013 a 26% a fines de 2019. Diversos estudios indican que las medidas implementadas por el BCRP explicarían cerca de la mitad de la caída observada.
Recientemente, el Banco Central de Reserva jugó un rol importante para aminorar los efectos negativos de la pandemia originada por el COVID-19. frente la crisis sanitaria, la institución inyectó más de S/ 60 mil millones (9,1 % del PBI) a la economía, principalmente a través de Reactiva Perú, el programa de apoyo más grande del mundo, según el Fondo Monetario Internacional. Además, redujo rápidamente su tasa de interés de referencia de 2,25% a 0,25%, un mínimo histórico.
Cabe notar que las medidas no generaron un fenómeno inflacionario en ese momento, ya que el aumento de liquidez respondió a una mayor demanda en medio de la crisis.
– La institución hoy—
Actualmente, debido al aumento mundial de los precios de alimentos y combustibles y la depreciación del sol, la inflación en el Perú se mantiene por encima del rango meta desde junio del 2021. Frente a esta situación, el Banco Central ha elevado desde julio su tasa de interés de referencia de 0,25% a 3,5%. Con ello, se espera que la situación se normalice hacia fines del 2022.
Sin embargo, los esfuerzos del BCRP para estabilizar la moneda se ven severamente afectados por la incertidumbre política.
Si queremos garantizar una salida ordenada de este período inflacionario, se requieren compromisos del Estado que renueven la confianza en la economía y no afecten la autonomía de la entidad. Dejemos que una de las pocas instituciones que funcionan en el Perú siga contribuyendo al bienestar de los peruanos.