Henry Luna, Viceministro de Minas
Gestión, 23 de febrero del 2024
Por Elías García Olano
Han pasado 14 años desde que en el Gobierno de Ollanta Humala se modificó el es quema de tributación minera para que las empresas del ramo paguen más en temporadas de precios altos de los metales, pero eso no necesariamente se ha reflejado en mayor beneficio en las poblaciones del entorno de esa industria extractiva.
Esto lo reconoció el vice ministro de minas, Henry Luna, en la conferencia “Camino a la reactivación económica ”, que organizó el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), donde reconoció que no se gastan todos los recursos que se recauda de las mineras y se transfieren a los gobiernos subnacionales.
Esos gobiernos en el 2023 –explicó Luna– recibieron un monto total aproximado de S/11,000 millones por impuestos como el gravamen especial a la minería y el impuesto especial a la minería, que van como fondo a las regiones.
“Si vemos el tema del gasto del canon, las regalías, el derecho de vigencia en las regiones, (ese gasto) no se está dando porque, posiblemente, los procesos sean muy engorrosos”, anotó.
Programa solidario
El viceministro consideró –como una solución a esa faltade capacidad de gasto– que en este momento es importante que se reactive el Programa Minero de Solidaridad con el Pueblo, que se aplicó en el Perú entre los años 2006 y 2011.
Ese programa–implementado durante el segundo Gobierno de Alan García– era un compromiso de aporte económico voluntario, extraordinario y temporal celebrado en acuerdos entre las mineras, el Ministerio de Energía y Minas (Minem) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF).
Tal aporte iba aun fondo que permitía a esas empresas realizar directamente proyectos de obras sociales planteadas por las comunidades de sus zonas de influencia, y para cuya ejecución y sostenibilidad daban, además de recursos, su apoyo técnico.
Fórmula adecuada
Luna consideró que fue una fórmula muy adecuada, pues permitía que las empresas mineras, en conjunto con las autoridades regionales, municipios y pobladores de las zonas vecinas a los centros mineros, escogieran qué tipo de obras sociales querían realizar, y estas se hicieran de inmediato.
El mencionado programa estuvo vi gente hasta finales del 2011, cuando el Gobierno de Humala aplicó un nuevo esquema de tributación minera, que creó el gravamen Minero y el Impuesto Especial a la Minería, que aumentaba el aporte tributario de las empresas, en forma progresiva, a medida que crecían los precios de los metales.
Luna remarcó que es importante reactivar ahora dicho programa, con (un fondo constituido con lo que actualmente es el gravamen minero y el impuesto especial a esa actividad, con la finalidad de mejorar la imagen de la minería peruana (en sus zonas de influencia).
“Los pobladores no sienten en este momento las obras .(…)
Participé en programas con autoridades locales, comunales y regionales, y nos dicen: `Quiero obras de inmediato, no quiero canon, regalías, porque los fondos no los puedo gastar’”, anotó.
Gestión consultó al área de prensa del Minem sobre el anuncio del viceministro y ese sector confirmó que – en efecto– van a evaluar la reactivación del mencionado programa.
¿Qué dicen las empresas?
Al respecto, Domingo Drago, presidente de Rumbo a Perumin y titular del comité de Minería de la Sociedad Nacional de minería, petróleo y energía (SNMPE), consideró que la propuesta del viceministro de Minas resulta interesante, dado que en la última década solo se ha invertido un 68% en promedio, del canon y regalías (destinado a los gobiernos subnacionales).
Indicó que (para una posible reactivación del programa minero de solidaridad con el pueblo) no se usaría recursos del canon y regalías, que ya tienen su propio mecanismo de aplicación por ley, sino que se haría con los recursos del gravamen minero y el Impuesto Especial a la Minería.
Vacíos
Sobre el tema, la exministra de Economía y Finanzas, Mercedes Aráoz –en cuya gestión en ese sector (entre el 2009 y el 2010) se aplicó el citado programa–, señaló que cuando el Gobierno de Humala lo eliminó buscando aumentar los impuestos a la minería, creó un vacío en cómo generar obras sociales de rápida ejecución y por acuerdo entre las partes.
Esto hoy, anotó Aráoz, no ha podido ser reemplazado aún con el programa de Obras por Impuestos (que aplican en su mayoría las mineras) porque el techo fiscal establece un límite para no afectar la recaudación tributaria.