Enrevista a Gonzalo Galdos, presidente ejecutivo de Futura Schools
Por Paloma Verano
Gestión, 21 de noviembre de 2017
Gonzalo Galdós, expositor de CADE 2017, resalta la necesidad de una verdadera alianza entre el sector público y privado para lograr una mejora en la educación del Perú
El presidente de la cadena de escuelas Futura Schools cree fervientemente que lo que define a un buen educador es la pasión por aprender, y que esta debe acompañarlo hasta el final. “Uno no es buen profesor si no es buen aprendiz”, agrega Galdós.
¿De qué manera el sector privado puede contribuir en la mejora del sistema educativo?
El paradigma educativo en el Perú ha fracasado. Aunque mejoremos la forma en cómo impartimos educación, no vamos a lograr estar a la altura de las necesidades de las nuevas generaciones, siempre vamos a estar parchando, con crisis y dificultades, problemas de cobertura y calidad. Se requiere un salto cuántico, algo que acorte las brechas con sistemas educativos más modernos: un cambio de paradigma.
¿En qué consiste ese cambio?
No es, como muchos piensan, un cambio de tecnología y metodología. La barrera que nos ponemos es ideológica. Lo que hemos hecho a través del tiempo es culparnos unos a otros por la baja calidad de la educación, el sector público al privado y viceversa. El cambio de paradigma implica entender que es tarea de todos los peruanos. Eso significa que el Estado no puede dar educación de calidad solo por su cuenta, y el sector privado, tampoco.
¿Cuál debería ser el primer paso para que ambos sectores trabajen juntos?
Para mí, el problema no es de educadores. El Perú está lleno de buenos profesores. Lo que nos falta es la gestión de nuestros recursos. Ese debería ser nuestro primer paso; un pacto por la educación del país. Si la sociedad todavía toma con reserva la participación del sector privado en la educación, empecemos por darle al menos un lugar en la gestión. No puede haber calidad educativa en el país si no hay una buena gestión.
¿También incluiría ampliar la cobertura para las escuelas privadas?
Yo no estoy reclamando más espacio para los privados, pero sí pediría fortalecer un sistema participativo donde los públicos y privados trabajemos juntos. La pregunta que deberíamos hacernos primero es si estamos dispuestos a aceptar que el Estado no puede resolver el problema solo. Aparte de la gestión, también se puede empezar por la metodología. ¿Qué estrategias aplicadas en privados podrían replicarse en escuelas públicas? Una de las cosas que está cambiando son los modelos colaborativos. No tiene sentido que el modelo del colegio “A”, “B” o “C” sea el ‘verdadero modelo’. Necesitamos conocer las buenas prácticas de los mejores colegios privados y llevarlas al Estado, no que sea al revés y tener a un Estado diciéndole a los privados cómo debe ser el currículo. La libertad curricular es fundamental.
¿Cómo democratizar la educación privada?
La fórmula del “voucher” ha democratizado la educación de calidad en los países de la siguiente manera: el Estado le dice al padre de familia “yo gasto en tu hijo, aproximadamente, S/ 600 por mes. Aquí tienes los vouchers para el próximo año y puedes utilizarlo en el colegio que quieras”. Así, el padre puede elegir entre irse a un colegio privado que puede tener pensiones desde S/ 400, o pagar S/ 200 y matricularlo en un colegio de S/ 800. De esa manera, desaparecería el problema de cobertura y se acabaría con el monopolio estatal.
Si se amplía la oferta también se debería certificar que esa oferta sea de calidad.
Existía la acreditación escolar, pero Jaime Saavedra la interrumpió, e incluso trató de cerrar y descabezar el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (Sineace). Ahora ha quedado en pausa. Claramente, quien acredite debe ser un organismo neutral, en todos los paí- ses del mundo es así, porque si el mismo Estado comienza a acreditar, puede utilizar esta medida de forma política.
¿En qué temas debe mejorar la educación privada?
Mi principal crítica hacia los colegios privados es que están elitizando la educación de los buenos colegios por un problema de gestión. Si tengo un modelo privado que funciona, y tengo una alta demanda, ¿por qué no lo replico en otros sectores socioeconó- micos en vez de subir los precios?, ¿por qué no pienso en cómo transferir ese modelo a colegios públicos? Si solo eso hiciéramos, tendríamos una posibilidad enorme de mejorar, pero para ello necesitamos un Estado abierto y transparente para este tipo de iniciativas.