Para Alfredo Torres, de Ipsos, la presencia de la clase media en el Perú es aún limitada. En una reciente presentación de Apoyo, dijo que “era amigo del modelo, pero era más amigo de la verdad”, y dio la suya: en el Perú la clase media únicamente llega al 30% de la población y dos de cada tres peruanos siguen siendo pobres o populares. Esta visión es respetable, pero no es útil para entender las significativas transformaciones económicas y sociales ocurridas en el país, en particular la expansión de esta nueva clase social. Con estas cifras, daría la impresión que tras una década de crecimiento estelar, el país no habría cambiado mucho y sigue siendo mayoritariamente pobre o popular. En contraste, Rolando Arellano, un reconocido investigador de este tema, acaba de difundir su más reciente estudio en el que las clases medias nueva y tradicional representan el 57% de la población.
Desafortunadamente, el debate se ha centrado en la cuantificación de este estrato social. El estudio publicado por el BID (1) advierte que no existe un consenso, pues establecer umbrales en el ingreso monetario como parámetros para definir estratos socioeconómicos a los cuales pertenece la clase media es una simplificación arbitraria y, por tanto, subjetiva. A propósito, el umbral para la clase media utilizado en el estudio es de 49%, no 70% como erróneamente sugiere Ipsos.
Utilizando otras definiciones, la participación de la clase media en el Perú es muy importante. Ronda entre el 39% y 49% del total y ha crecido de manera sostenida en los últimos años. De acuerdo al estudio, entre 2005 y 2011 ha pasado del 26% al 49%.El estudio también concluye que el crecimiento económico registrado en este periodo ha sido particularmente pro-pobre y pro-clase media.
Sin embargo, también advierte que la clase media es muy vulnerable a choques adversos como una reducción del crecimiento económico, desempleo, enfermedad, accidentes, muerte o desastres naturales, entre otros. Ello podría hacer que los avances de estos últimos años retrocedan y millones de peruanos y peruanas caigan nuevamente en la pobreza. Por ello, que la discusión importante no es cuántos ni cómo se define a los del medio, sino cómo consolidar a la clase media y hacer que la población que ha emergido de la pobreza sea menos vulnerable.
Es clave entender la dinámica de esta nueva clase social por sus implicaciones económicas, sociales y políticas. Como lo ha analizado Rolando Arellano en varias publicaciones, es un estrato social diferente y no se ajusta al estereotipo tradicional. Grupos empresariales como Interbank han sintonizado con esta nueva clase social y han adaptado su modelo de negocios para entender sus necesidades y aprovechar su gran potencial.
Precisamente, para investigar mejor este grupo social, en la reunión de Apoyo se anunció la presentación de los resultados de un estudio “etnográfico” de la clase media realizado por Ipsos. El estudio presentó casos de familias con nombres y fotografías.
Basado en esta casuística, concluyó que detrás del mejoramiento del bienestar de este sector poblacional habían cuatro pilares: más empleo, espíritu emprendedor, educación y empoderamiento de la mujer. Las dos primeras variables son endógenas y hasta cierto punto tautológicas: “mejoré mi bienestar porque mejoré mis ingresos por mi empleo o mi negocio”. Habría que explicar cuáles son los determinantes de estos dos factores.
Las otras variables, educación y empoderamiento de la mujer, aunque no son originales, son interesantes. El estudio “etnográfico” da alguna evidencia anecdótica de la importancia de estos factores, pero sería muy importante evaluar esta hipótesis de manera más rigurosa. El debate que se ha despertado alrededor de la clase media ha sido, sin duda, muy estimulante y nos complace haber participado en él. Comentarios y críticas constructivas abonan esa discusión. Tenemos entendido que el IEP está empezando un estudio a profundidad de movilidad social y clases medias en el Perú. Estamos con mucha expectativa por sus resultados.
Publicado en Gestión, 6 de setiembre de 2013