Fernando Ortega San Martín, MBA
Chair del Nodo Perú de The Millennium Project
Para Lampadia
Ha tenido que morir asesinado una figura de la farándula local para que todos reconozcamos que no podemos seguir viviendo en medio de una inseguridad creciente que nos hace pensar dos veces si debemos salir de casa.
Hay que asumir conscientemente que hemos sido superados por la criminalidad, aquella organizada y por la que no lo está, porque en “este río revuelto, ganan todos”.
Y es que la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial, siguen empleando los mismos enfoques, herramientas, procedimientos que hace 50 años, cuando vivíamos en una aparente tranquilidad.
La seguridad ciudadana no es un mundo aparte de la realidad que vivimos. Hemos aprendido a emplear tecnologías en todas las actividades que forman parte de nuestra vida diaria. Pero no vemos que en la lucha contra la delincuencia se esté empleando tecnología de punta, como ya es común en muchos países del mundo desde hace décadas.
Todas las ciudades importantes del mundo, y por lo menos, Lima debería serlo, emplean, por ejemplo, videovigilancia, que, con los últimos avances en inteligencia artificial, con reconocimiento facial y de comportamiento, y de placas de automóviles y motos, pueden ayudar a analizar grandes áreas de la ciudad. Tenemos miles de cámaras instaladas por municipalidades y por los propios vecinos, pero que operan aisladamente, simplemente para dejar evidencias en video de los delitos. ¿Es tan difícil instalar un sistema interconectado de cámaras del tipo DeepinView?
Tampoco aprovechamos las modernas tecnologías de interceptación de comunicaciones, o mejor dicho, se emplean mayormente con fines políticos, y no aplicamos la inteligencia estratégica para identificar modelos de actuación de los delincuentes y generar patrones anticipatorios, como mapas de calor. Hace 30 años se venció al terrorismo mediante técnicas convencionales de inteligencia. Ahora, con las tecnologías modernas, ¿no podríamos obtener iguales o mejores resultados? ¿Por qué no podemos emplear Sistemas como el SITEL R-12, que operan en Europa?
Habría que preguntarse: ¿Los policías y fiscales conocen estas tecnologías, o por lo menos las entienden? ¿Y los jueces reconocen realmente su valor probatorio?
Hoy se plantean “soluciones” políticas de carácter legal, funcional, operacional, mesas de coordinación, pero parece que ninguno de los políticos se ha puesto a pensar, en el uso de tecnología. Quizás sea porque piensan que son costosas y “somos un país pobre”. Pero, ¿no se dan cuenta que perdemos más de 1 % del PBI, más de 2,700 millones de dólares, por la inseguridad que padecemos? Empresas (mayormente PYMES) que cierran, extorsiones que van a nutrir las cuentas de los delincuentes, aquí y en el extranjero, inversiones que se cancelan y que se van a otros países. Nuestra economía crece a más del 3% anual, gracias principalmente a la minería y a la agroexportación ¿Hasta cuándo sufriremos esta situación?
Me acabo de enterar que, del 24 al 27 de abril próximo, se realizará el X Salón Internacional de Tecnología para la Defensa y Prevención de Desastres y la VI Expo Ciberseguridad & Defensa 2025 en las instalaciones de la Comandancia General del Ejército (“pentagonito”) en San Borja. ¿Se aprovechará esta oportunidad para comenzar a emplear tecnología en la seguridad ciudadana?
La esperanza es lo último que se pierde. Lampadia