Fernando Ortega San Martín, MBA.
Chair del Nodo Perú de The Millennium Project
Para Lampadia
Los metales han acompañado la historia de la civilización humana desde hace 8,000 años, y todo indica que nos seguirán acompañando por muchos años más.
Al principio, fuimos descubriendo los distintos usos de los llamados “metales comunes”: cobre, estaño, plomo, hierro, aluminio y zinc, que solos o en aleaciones ayudaron a la humanidad a crear herramientas que permitieron dominar la Naturaleza y utensilios que mejoraron la calidad de vida de las personas.
La introducción del plástico en sus diferentes versiones y de nuevos materiales sintéticos no ha mellado la demanda de los metales, porque gracias a la investigación metalúrgica y de ingeniería de materiales se han ido encontrando cada vez más aplicaciones en cada una de las modernos aplicaciones tecnológicas: computación, telecomunicaciones, energías renovables, etc. Hoy podemos decir que, prácticamente todos los elementos de la Tabla Periódica de Mendeléiev, tienen hoy un uso práctico. Eso nos está llevando a una nueva Era de los Metales, donde gracias a la ciencia y tecnología podemos crear materiales microaleados específicos para cualquier necesidad que requieran las innovaciones que emergen de los laboratorios.
Aquí brindamos una lista de algunas de las aplicaciones de metales estratégicos y tierras raras con demanda creciente:
Algo que llama poderosamente la atención es el alto valor de estos metales estratégicos y tierras raras, debido principalmente a su muy limitada presencia en nuestro planeta, lo que ha despertado el interés de muchas empresas por desarrollar tecnologías que se emplearán en la minería espacial, pues en el cinturón de asteroides entre Marte y Júpiter se pueden encontrar en muchísima mayor cantidad.
Pero, mientras eso sucede, preguntémonos si el Perú puede aprovechar esta oportunidad.
La geología del territorio peruano nos permite disponer de muchos de estos metales. Documentos de la Sociedad Geológica del Perú muestran que en varias partes de nuestro territorio encontramos formaciones de monacita, bastnaesita y xenotimo, tres de los principales minerales que contienen tierras raras, tanto en los restos del batolito de la costa (Piura, Ancash, Lima, Arequipa), como en los batolitos de San Ramón (Junín) y San Gabán (Puno), y en sedimentos de las cuencas hidrográficas de Cusco, Madre de Dios y Ucayali.
Ya la Universidad Nacional de Ingeniería ha realizado investigaciones que demuestran la factibilidad de la separación magnética y electrostática de minerales de monacita extraídos del Cusco (Capacsaya, Urubamba). Pero necesitamos realizar mayores investigaciones, especialmente empleando otros métodos, como la oxidación selectiva, extracción supercrítica o extracción por solventes. Debemos encontrar soluciones tecnológicas propias para aprovechar sosteniblemente estos magníficos recursos naturales, justo cuando se están alcanzando los picos de precios por su alta demanda, puesto que cada día aparecen nuevas tecnologías que emplean estos materiales estratégicos, desde los motores eléctricos vehiculares hasta la industria aeroespacial, pasando por la medicina, la agricultura y las telecomunicaciones.
Urge una adecuada articulación entre los investigadores científicos de nuestras universidades y el sector privado minero del país, para que esta oportunidad no quede como tantas otras, sin ser aprovechada. Lampadia