Fernando Málaga Checa
Abogado y Árbitro
Para Lampadia
Siento la necesidad de decir mi verdad sobre algunas de las afirmaciones que se vienen haciendo sobre la minería peruana en general. Cincuenta años como abogado de empresas mineras tanto filonianas, es decir de socavón como aluviales, me permite hacer algunas afirmaciones sobre los temas que trato a continuación.
En los últimos años, diversos expertos y políticos han expresado opiniones sobre la minería peruana, defendiendo la preservación de una supuesta “minería ancestral”.
Este término, sin embargo, carece de una definición clara y parece responder a fines políticos más que técnicos. Se argumenta que la minería ilegal corresponde a actividades en zonas prohibidas o a la extracción de minerales sin autorización del concesionario. Sin embargo, toda minería que no cumple con estas autorizaciones es ilegal, ya que viola los derechos del titular de la concesión y la Constitución, que establece que los recursos minerales pertenecen al Estado.
Minería en el Perú Precolombino
La idea de que la minería existía desde la época incaica es un mito. En el Perú precolombino, los metales no tenían valor de cambio, sino únicamente usos decorativos y religiosos. El cobre era el único metal práctico utilizado y se extraía mediante perforaciones superficiales, con autorización de las autoridades locales. El oro empleado en rituales o acumulado, como el que se ofreció para el rescate de Atahualpa, no provenía de minería profunda, sino de lavaderos de oro en ríos como el Marañón, Chuquicara, Santa y Piura. La tecnología para la extracción de oro en socavones llegó con los españoles.
Desarrollo Histórico de la Minería Peruana
Durante el virreinato, la minería se centró principalmente en la plata, con minas emblemáticas como Potosí y Cajamarca.
En la época republicana, aunque hubo algunas explotaciones auríferas, estas nunca alcanzaron la importancia de la minería de plata. La actividad aurífera decayó aún más con el establecimiento del patrón oro en Bretton Woods (1944), que fijó el precio del oro en 35 dólares por onza hasta 1971.
Fue a partir de los años 80, en Madre de Dios, y especialmente después del 2000, con el aumento del precio del oro a niveles históricos (actualmente alrededor de 2,700 dólares por onza), que la minería informal aurífera creció significativamente.
Falsedades sobre la Minería Formal
Se ha afirmado erróneamente que las empresas mineras formales acaparan grandes extensiones de tierra sin trabajarlas, cuando en realidad estas concesiones representan reservas futuras. La minería formal avanza de manera sistemática y segura, siguiendo las vetas de los minerales, con límites técnicos que no pueden acelerarse sin riesgos de derrumbes o accidentes.
Las concesiones requieren de importantes inversiones en exploración y estudios para identificar vetas y reservas minerales. Cuando la minería ilegal invade estas áreas, se apropia violentamente de información obtenida de manera fraudulenta. Además, los métodos rudimentarios de los mineros ilegales desperdician hasta el 60% del oro recuperable y entierran minerales valiosos como plata, cobre, zinc, plomo y minerales raros, imposibilitando su futura recuperación.
Minería Ilegal vs. Informal
Es crucial diferenciar entre minería ilegal y minería informal. La primera debe ser erradicada por completo, ya que implica actividades fuera de todo marco legal y con altos costos ambientales.
La minería informal, por otro lado, requiere apoyo estatal para su formalización, tanto legal como técnica, a fin de mejorar la recuperación de minerales y reducir el impacto ambiental.
Un paso importante sería devolver al Ministerio de Energía y Minas la supervisión de la pequeña minería, tarea que actualmente desempeñan las Direcciones Regionales de Minería, cuya cercanía a los mineros ilegales y problemas de corrupción han demostrado ser un obstáculo.
Propuestas para una Minería Responsable
Para los mineros informales, las autoridades deben fomentar una explotación técnica y razonable de las concesiones. Esto incluye asesoría técnica para mejorar métodos de recuperación y aprovechar otros minerales asociados. La creación de un organismo público-privado podría facilitar este proceso.
Finalmente, un control más estricto de la minería, acompañado de incentivos para la formalización y el uso de tecnologías modernas, podría contribuir a la sostenibilidad de la actividad minera, beneficiando tanto a las comunidades locales como a la economía nacional. Lampadia