En Ica el proceso de urbanización se hace al revés. Los moradores se asientan primero en un terreno baldío –generalmente en una zona del desierto– sin contar con ningún servicio de agua y desagüe, electricidad, pistas y veredas, y menos postas médicas, escuelas o comisarías. La primera morada es de esteras, o sea una choza. El agua llega en camiones cisternas y se almacena en cilindros de plástico. El frío, el polvo, el agua y la basura generan todo tipo de enfermedades. La inseguridad es total, tanto al interior de las chozas como en las calles oscuras, donde los ladrones y los violadores están a la orden del día. Todo esto tiene que cambiar. Primero, el Gobierno Regional debe promover la construcción de urbanizaciones populares, de muy bajo costo, con todos los servicios básicos, dignos de todo ser humano. Después deben asentarse los moradores; no debe ser al revés.