Como todos los años, por esta época, salen los tradicionales pepinos dulces de Cañete. Realmente, no hay fruta más exquisita y jugosa que los pepinos de Cañete. Son enormes y su textura es única, sobre todo cuando se comen fríos. En realidad, la fruta es perfecta y no hay ningún problema con ella.
Al contrario, yo recomendaría a todo el mundo aprovechar la temporada, y comer mucho pepino dulce de Cañete. El problema es que los vendedores de pepinos han empezado a invadir la autopista para vender su fruta. Es increíble, la berma de la más moderna autopista del país está próxima a convertirse en un mercadillo de pepinos. ¿Y la policía de carreteras? Bien, gracias. ¿Dónde está el Ministerio de Transportes? No se oye padre. Estamos fregados. El futuro cercano es predecible. Límite de velocidad a 35 km/hora. Semáforos y rompe muelles. La autopista de Cañete va camino a convertirse en una calle más. Mismo Chincha. Todo por la clamorosa falta de autoridad. Un desastre.
Publicado en Perú 21, 27 de noviembre de 2013