Así lo dijo el obispo de Ica. Necesitamos darles intensidad y dinamismo a nuestras acciones. Efectivamente, la burocracia en el sector público es pasiva y apática. El santuario del Señor de Luren en Ica lleva ya más de siete años desde que se derrumbó a raíz del terremoto de agosto del 2007 y, por cuestiones burocráticas, sigue tal cual. Es que siempre hay motivos para trabar y dilatar las cosas, y muchos burócratas son expertos en descubrir tales razones, con lo cual sustentan su pasividad y apatía. Vamos a ver. Aparte de honesta, la burocracia debe ser intensa y dinámica. Ciertamente, debe ser competente también. Eso es lo que vamos a buscar para la región Ica. Intensidad, dinamismo, honestidad y competencia. Brevetes otorgados en el día. Cero colas en los hospitales. Títulos de propiedad otorgados dentro de plazos razonables. ¡Ese es el desafío que tiene Ica!