En Ica encontramos gente que cree –y acepta– que el mal llamado ‘diezmo’ constituye un pago merecido por las autoridades responsables de otorgar contratos de construcción y/o adquisición de bienes requeridos para el ejercicio de la gestión pública. Inclusive, algunos consideran que las autoridades corruptas son solo aquellas cuya coima supera el 10% del monto contratado. ¡Así de torcida está la moral de muchos compatriotas! Y claro… como las más altas autoridades son coimeras –así piensa la gente–, el mal ejemplo cunde y se irradia hacia los estratos más bajos de las instituciones. Efectivamente, en Ica –y en muchos lugares del país– todo se vende de manera ilícita: brevetes, estrellas de categorías de hoteles, puestos de trabajo, ubicación de colas en hospitales, licencias de funcionamiento, entre otros. Pues bien, en Ica eso va a acabar… empezando por el ‘diezmo’ podrido.