Fernando Calmell Del Solar
Perú 21, 27 de julio de 2024
«Empresarios, emprendedores, estudiantes y todos le pedimos mucho al Perú, pero debemos poner la mano en el corazón y darnos cuenta de que a nuestro querido país le estamos dando muy poco».
El martes, el día después de las Fiestas Patrias, algunos volverán a la vida normal después de haber viajado, otros con la resaca propia después de haber festejado y muchos regresarán con fuerzas renovadas por haber descansado.
Pero más allá de haber viajado, haber festejado o haber descansado, el martes, cuando vuelvan a leer, ver y escuchar noticias, posiblemente todos se tomarán la cabeza al darse cuenta de que las Fiestas Patrias estuvieron teñidas de violencia, destrucción y lágrimas. Que nuestra celebración patriótica fue transformada y deformada en un enfrentamiento entre compatriotas.
Será el martes cuando los emprendedores evalúen las consecuencias de un paro convocado solo con la finalidad de destruir, cuando los empresarios manifiesten su preocupación por el daño económico que se la ha provocado al país, y, por lo tanto, a sus negocios, y, Dios no lo quiera, muchas familias estén llorando a los que murieron en la ola de violencia.
Hoy podrían decir que es prematuro ser tan pesimista, pero vamos a la realidad real: que los organizadores y patrocinadores de este paro político buscan que así sea, es verdad. Que se están movilizando en diferentes puntos del país con la finalidad de incendiar el Perú, también es verdad. Que el objetivo es sembrar el caos, nadie lo puede dudar. Y que es muy posible que todo esto suceda es, lamentablemente, la pura verdad.
Si así fuera, solo les pido que se hagan una pregunta: ¿Qué hicimos o no hicimos para que esto no suceda?
Esta sola pregunta, si realmente amamos a nuestro país, será el mea culpa indispensable para, en el futuro cercano, cambiar el pesimismo por optimismo y para cambiar las lágrimas por una sonrisa.
Responder a esa pregunta les permitirá analizar en profundidad a quién o a quiénes han estado financiando creyendo que colaboraban con una buena causa, cuando en realidad ese dinero era usado para los que patrocinan el caos, y al mismo tiempo darse cuenta de que en su entorno o en sus planillas tienen verdaderos operadores de ONG de fachada o, en el mejor de los casos, ineptos que no diferencian el trigo de la paja.
Responder a esa pregunta será el primer paso para dejar de preocuparse por lo que pasó, para pasar a ocuparse con el objetivo de que no vuelva a pasar.
Empresarios, emprendedores, estudiantes y todos le pedimos mucho al Perú, pero debemos poner la mano en el corazón y darnos cuenta de que a nuestro querido país le estamos dando muy poco.
Por favor, vean la realidad real y no la que les acomoda o les conviene, porque ese es el paso más importante para el cambio de ciclo.