Por Felipe Morris
(01 de Julio de 2015)
Para mis amigos que les gusta la economía.
Había un país que se llamaba Grecia que estaba quebrado y eligió a un gobernante de izquierda que les vendió la idea de que no tenían que pagar las deudas porque el iba a convencer a sus acreedores que les mejore las condiciones. Pasaron los meses y no se ponía de acuerdo con los acreedores y la situación del país se seguía deteriorando hasta que llegó el momento de hacer un pago, que no pudo honrar. No se le ocurrió mejor cosa a este gobernante que congelar los depósitos de las personas en los bancos y convocar a un referendum para una semana después donde el pueblo tenía que decidir si aceptaba o no las condiciones de los acreedores (¿?). Un disparate total. La gente no sabe que significa votar por el si o por el no y lo único que quiere es tener acceso a los Euros que tiene en el banco. Este referendum es el domingo 5 de julio.
La mayoría de los griegos cree que este «corralito dura sólo hasta el 6 de julio» como les dijo el gobernante. La realidad es que es indefinido, ya que sin confianza en el gobierno y sin un prestamista de última instancia que garantice que los depósitos en Euros se van a honrar, no hay forma que ningún gobierno acceda a abrir los bancos ya que todos irían a sacar su plata. Es lo que yo haría si tuviera depósitos en ese país y estoy seguro que ustedes también.
Indistintamente del resultado del referendum, este país llamado Grecia va a tener serios problemas, que hubiera podido evitar de no haber caído en la tentación de elegir a un gobernante irresponsable y poco preparado para gobernar.
Una vez que optas por establecer un corralito es muy difícil reabrir los bancos a no ser que tengas el dinero para cubrir los depósitos y evitar una corrida. Eso lo sabe un alumno de economía con conocimientos básicos de banca y finanzas. Obviamente Grecia no tiene el dinero y dudo que el Banco Central Europeo esté dispuesto a ponerlo. No entiendo que le pasó a nuestros amigos griegos para dar este salto al vacío.
Moraleja: hay que ser cuidadoso antes de votar y no creer en los vendedores de cebo de culebra que abundan en nuestros países.
Colorín, colorado este cuento todavía no ha terminado y lamentablemente no creo que tenga un final feliz.