Por: Felipe Morris
Perú21, 2 de marzo de 2021
El Gobierno preparó un plan de vacunación a través del Minsa que incluye tres fases, mediante el cual se prevé inmunizar a 22.2 millones de personas, según la disponibilidad de las vacunas y priorizando a la población en situación de riesgo.
En la primera fase se incluye a toda persona que presta servicios en el sector salud, independientemente de la naturaleza de su vínculo laboral o contractual, el personal de las Fuerzas Armadas y Policiales, los bomberos, la Cruz Roja, el personal de seguridad y serenazgo, los brigadistas, el personal de limpieza, los estudiantes de la salud y los miembros de las mesas electorales. En la segunda fase se incluye a los adultos mayores de 60 años, a las personas con comorbilidad, poblaciones de comunidades indígenas o nativas y el personal del INPE y las personas privadas de su libertad. Finalmente, en la tercera fase se incluye a la población entre 18 y 60 años.
Es evidente que este plan debe ser revisado para priorizar a los grupos de mayor riesgo, que incluyen a los mayores de 80 años y a aquellos que tienen comorbilidades. No tiene sentido vacunar a personas en las FF.AA., policiales o de seguridad que son jóvenes y sanos y no están en cargos de riesgo. Por otro lado, la población mayor de 60 años incluye a más de 4.2 millones de personas, por lo que se debe estratificar y empezar por los 660,000 mayores de 80 años para luego ir bajando la edad a medida que aumente la disponibilidad de vacunas. Esto ayudaría a reducir la presión sobre el sector salud ya que los más vulnerables son los que más demandan camas en hospitales y UCI.
El Gobierno se estaría replanteando el plan de vacunación en este sentido, lo que es positivo, y debería contemplar también incluir lo antes posible a trabajadores en el sector educación para permitir las clases presenciales a y los del sector transporte para reducir contagios. Asimismo, debe aceptar la ayuda del sector privado en la adquisición y proceso de vacunación, lo que reduciría el esfuerzo y el costo fiscal.
Pero no hay plan de vacunación efectivo sin un buen contingente de vacunas. Se debe acelerar la adquisición de vacunas, incluyendo la de J&J, recientemente aprobada por la FDA, que tiene la ventaja de requerir una sola dosis, lo que es ideal en un país con nuestra geografía. Habría sido recomendable que el mismo equipo se encargue de adquirir las vacunas y de diseñar e implementar el plan de vacunación. Difícil elaborar un buen plan cuando se desconocen las vacunas que estarán disponibles y sus fechas de llegada.