A pesar de los reclamos del ministro Luis Miguel Castilla, la economía ha sufrido una brusca frenada. No se trata de “pesimismo innecesario”, sino de sentido de la realidad. Hay frenada, y es brusca.
El 2010, la producción creció 8,5%; al año siguiente, 6,5%; luego, 6%; y el 2013, 5,6%. Para este año se esperaba un crecimiento de 5,5%, pero luego se corrigieron las proyecciones a 5,3%, 5%, y ahora se habla de 4,5%, si es que no de 4%.
Al 2012, la caída fue de medio punto porcentual del producto bruto interno (PBI). Al año siguiente, de 0,4 puntos. Si este año cerráramos en 4,6%, la caída sería de un punto porcentual.
El gobierno no reconoce responsabilidad alguna en la situación: “Estamos muy bien en el promedio regional”, “los países desarrollados no han crecido tanto”, “se trata de un problema externo”.
Se sabía que la cotización de las materias primas caería. Se sabía que la economía china crecería menos rápido. El gobierno no hizo ninguna reforma seria para enfrentar lo que se venía.[Hizo lo contrario, con su telaraña regulatoria, fue, poco a poco, parando la inversión privada].
Recién hoy, el gobierno decide estudiar el problema y lanzar un paquete de medidas. Las que se han anunciado son absolutamente decepcionantes.
El ministro Castilla ha dicho que habrá una reducción de deudas tributarias incobrables por 20 mil millones de soles.
Qué bueno que esos empresarios reciban un beneficio a pesar de no poder pagar sus deudas. Sin embargo, ¿justamente ellos resolverán el problema del crecimiento y del empleo?
El ministro también anunció un desmontaje de las percepciones y detracciones. Es decir, las empresas podrán disponer de algo de liquidez para trasladar sus pagos a fin del año fiscal.
¿Garantiza una medida así la eficiencia de la inversión? ¿Este alivio hace que pronto la sabiduría ilumine a los empresarios y que repentinamente sepan en qué invertir con rentabilidad?
¿Con ese dinero los empresarios van a ir corriendo a invertir y contratar? ¡Pero si deben pagar esos impuestos al final del año fiscal!
Otra medida, extraoficialmente anunciada, es la de reducir costos laborales absurdos, como los tres exámenes médicos al año, entre otras.
Dice el ministro Castilla que ese tipo de medidas significará un ahorro de 1.000 millones de soles. Ojalá lo hagan, pero eso no tendrá un impacto inmediato sobre el crecimiento.
Un tema de fondo son las trabas políticas y administrativas de la inversión. El propio gobierno actual fue el que aumentó las trabas. [En verdad todo esto empezó con el gobierno de Paniagua y siguió con los de Toledo, García y con gran énfasis, con el de Humala]. ¿Tiene la capacidad política para destrabar a ciertas comunidades, a los gobiernos regionales y locales?
Otro tema de fondo es la eficiencia del gasto público. ¿Dónde está el plan? ¿Cuáles son las guías? ¿La línea 2 del metro es el mejor ejemplo de eficiencia del gasto? ¿Se ha hecho una revisión de la productividad de los programas sociales?
¿En cuánto se plantea reducir el costo de la administración pública? ¿Y cómo?
Nada de esto nos ha dicho el ministro Castilla. Su equipo todavía afina, desde hace tres años, los últimos detalles de la reforma .