“Criados cuya principal ocupación era acompañar a su amo a pie, a caballo o en coche”. Así define el DRAE a los lacayos, término recientemente usado por Evo Morales para referirse a nuestro país y a los demás países que conforman la Alianza del Pacífico, esta alianza formada con Chile, Colombia y México, que no sigue los designios de Fidel o Chávez, ni las estupideces de Maduro.
¿Quién en Sudamérica acaba de dedicar su triunfo electoral (pero no democrático ya que no es democrático ganar con electores asalariados) a su amos vivos y muertos? ¿Los de la Alianza del Pacífico o Evo?
¿Quién se opuso a exportar el gas de su país al mercado mundial a precios internacionales y con regalías, para luego vendérselo a precio módico a sus amos de Brasil y Argentina a cambio de protección política y respaldo ideológico? ¿Los de la Alianza del Pacífico o Evo?
¿Quién ha puesto su país a disposición de Irán, Rusia y cualquier cosa que sea opuesta a Norteamérica, con tal de recibir la caricia, la bendición y la asesoría (pagada naturalmente) de sus amos de La Habana y Caracas?
¿Quién ha derrochado los grandes ingresos mineros bolivianos en pagar subsidios eléctricos, regalar el gas para que se venda de contrabando en el Perú y llenar el tanque de combustible de los vehículos de sus electores, a cambio de votos y aplausos? ¿Los del Pacífico o Evo?
¿Quién en un mundo global, interactuante y donde el capital, el desarrollo tecnológico y la modernidad fluyen de la mano de las inversiones y su movilidad, ha cerrado las fronteras de su país y postrará a su Nación a un bache tecnológico que sólo agudizará su subdesarrollo? ¿Los de la Alianza del Pacífico o Evo?
¿Quién se está comiendo las reservas gasíferas, petroleras y mineras de su país y el producto de su crecimiento económico interno del que tanto hablan sus admiradores aquí en el Perú, para asalariar a su electorado y quedarse infinitamente en el poder? ¿Los de la Alianza del Pacífico o Evo y sus amos?
Yendo más allá del mundo andino, cabe preguntarse, ¿Quiénes están sumiendo a América Latina en un marasmo de autoritarismo y estupidez, donde no solamente no se premia, sino que se castiga el esfuerzo propio, el emprendimiento, la iniciativa individual y la empresa privada y la propiedad privada como expresiones concretas de todo ello, para agigantar sus estados ineficientes, acostumbrar a su población al subsidio, adormecerla con una retórica antiimperialista de hace un siglo y generar la clientela electoral que les permite ganar las elecciones cada vez que se convocan en estos países? Obviamente que no son los países de la Alianza del Pacífico, sino los otros, los del Atlántico, nucleados en el Alba.
No están entonces de este lado de América los Estados lacayos ni las estupideces, sino del otro, para mal de millones de argentinos, uruguayos, brasileros, venezolanos, bolivianos y también nicaragüenses que quisieran ver a sus naciones libres de todo ello. Pero, cuidado, si bien aquí no hemos permitido que el Estado caiga abiertamente en estas manos, los lacayos de la estupidez si llegaron al poder, pero felizmente no gobernaron y aún sueñan con entregar a nuestro país a sus amos, propósito que los ciudadanos libres de este país, no permitiremos.