Por: Enrique Castellanos, Profesor de Economía de la Universidad del Pacífico
Gestión, 15 de febrero de 2019
Si bien todos celebraron el buen desempeño de los fondos de las AFP durante este enero, la realidad es que una golondrina no hace el verano. Puesto que evaluar la rentabilidad de las AFP debe ser, necesariamente, un análisis de largo plazo. Según cifras de la Superintendencia de Banca, Seguros y AFP (SBS), el fondo 2 que agrupa a más del 90% de los afiliados, tuvo una rentabilidad promedio anual en el periodo 2008-2018 de 6.5% en dólares (neta de comisiones). Esta última cifra es bastante positiva, pero lo realmente preocupante es la tendencia. Pues si hacemos un zoom y en vez de los últimos diez años solo tomamos los últimos cinco, la rentabilidad neta de este mismo fondo se reduce a solo un 2% anual en dólares.
Pero eso es historia. De cara al futuro, el mayor problema es que –en mi opinión– los próximos años tampoco pintan bien para nuestras inversiones. El fondo de las AFP está demasiado concentrado (54% del total) en instrumentos peruanos y las perspectivas económicas y políticas del Perú para los próximos años son solo mediocres. En adición al tema macro, otro factor que afecta a los fondos de la AFP es la implosión del mercado de capitales local en el contexto de la globalización. Cada día, la Bolsa de Valores de Lima (BVL) atrae menos capitales internacionales y paulatinamente pierde liquidez. Hace dos años, por poco nos libramos de que declaren a la BVL como “mercado de frontera”, lo cual hubiera generado una corrida de los inversionistas extranjeros de sus posiciones en el Perú. Esto último sigue siendo un riesgo latente.
Respecto al punto anterior, en enero último, mientras que el Índice General de la BVL creció en un 4%, los principales índices de EE.UU. (S&P 500, Nasdaq, Dow Jones) lo hicieron en un 8% y los índices europeos (Eurostox 50, DAX de Alemania, el IBEX de España) en un 6%.
Desgraciadamente, recomponer la cartera de las AFP no es tarea fácil. Primero, el Congreso tiene que autorizar que se eleve el límite legal a las inversiones de las AFP en el exterior (actualmente en 50%). Segundo, y – créanme– más difícil que lo anterior, es vender las inversiones locales sin presionar los precios y generar pérdidas sustanciales a nuestros fondos.
Esta recomposición del portafolio es “cirugía financiera mayor” que debe ser hecha con cuidado y buscando ‘block trades’ (ventas de grandes paquetes a inversionistas institucionales).
En las últimas décadas, las inversiones en el mercado local nos dejaron interesantes rendimientos a todos los afiliados. Sin embargo, hoy en día, la globalización de los mercados nos exige que, para obtener una mezcla adecuada de riesgo-retorno, cambiemos de estrategia e internacionalicemos nuestras inversiones. Es un camino largo, pero decía el filósofo chino Lao-Tse, “todo viaje de mil millas comienza con un primer paso”.