Por: Emer Cooke (EMA)
El Comercio, 26 de Octubre del 2022
La directora de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), Emer Cooke, advirtió que el objetivo inicial de las vacunas contra el COVID-19 cuando fueron desarrolladas era “evitar muertes y casos graves”, y no necesariamente reducir contagios, ya que en sí es un objetivo difícil de establecer ante el surgimiento de nuevas variantes.
Cooke dijo que, durante los primeros meses de la pandemia, no se pidió a las farmacéuticas que priorizaran “específicamente el efecto [de las potenciales vacunas] en la transmisión como primer paquete para la autorización”, pero sí se les instó a “considerarlo como parte de las medidas de seguimiento” de las vacunas aprobadas, lo que en términos de efectividad es algo que se aprende una vez que estos preparados se usan en grandes poblaciones.
“Quiero ser clara y recordar dónde estábamos cuando empezamos a buscar qué necesitamos de las vacunas y tratamiento. No teníamos nada, la gente se moría en la calle. Tengo esta imagen en mi mente de camillas y cadáveres en Italia, y cuando pienso en la pandemia, vuelve a mí […] Pedimos a las farmacéuticas que priorizaran la prevención de enfermedades graves y muertes”, dijo.
No obstante, sí se observó un efecto en la reducción de los contagios en las vacunas autorizadas inicialmente, pero las “variantes cambiantes y el aumento de la transmisibilidad” hacen más complicado entender cuál es la situación real, según agregó Cooke durante una audiencia en Bruselas ante la Comisión de Medio Ambiente y Salud Pública.
Cooke recordó que la EMA también inspecciona las instalaciones de las compañías para asegurarse “no solo de que están haciendo lo que dicen que están haciendo, sino también de que tienen todos los registros, que está todo documentado, y que podamos confiar en el procedimiento”. Subrayó la importancia de seguir brindando apoyo a la EMA.