Elmer Cuba, Socio de Macroconsult
Gestión, 14 de junio de 2017
Qué tienen en común un vendedor ambulante, un cargador de un mercado de abastos, un gasfitero, un minero informal, un pescador informal, un trabajador de una empresa industrial de menos de 10 trabajadores y una vendedora de “menús” en las oficinas.
El Gobierno ha escogido como una de sus principales metas el avance en la formalización laboral. En el discurso presidencial de toma de mando, se anunció la meta de duplicar la formalización, desde un 30% hasta un 60% al final del quinquenio.
Para hacer una política económica efectiva se debe partir de un buen diagnóstico de por qué tenemos la informalidad en esos dígitos.
Para algunos colegas, solo el crecimiento econó- mico derrotará la informalidad al crear nuevas oportunidades laborales formales. Entre el 2004 y el 2016 la economía peruana casi se ha duplicado y la informalidad laboral ha bajado de 82% a 70%. En una década de notable crecimiento, la informalidad laboral ha caído apenas un punto porcentual por año. Lamento decir que si no hacemos nada más –además de crecer, que no es poca cosa– tendremos que esperar algunas décadas más para derrotar a la informalidad.
Para otros colegas, la informalidad es un problema generado por el exceso de trámites y barreras burocráticas. Esta explicación puede incluir a los impuestos y la relativamente alta remuneración mínima.
Otro grupo sostiene que la baja productividad laboral y la debilidad empresarial de las pequeñas y micro empresas junto con las diversas normas sectoriales, son el origen del problema.
Luego de un buen diagnóstico, se pasa a recomendaciones de política. Si nos equivocamos, no se avanzará en la solución del problema y solo habremos perdido tiempo y esfuerzo.
En estricto, el trabajo formal es aquel que cumple con la legislación laboral. En el caso de los dependientes, esto implica estar en planilla o contar con un contrato laboral vigente. En el caso de los independientes, el tema es más complicado y se ha convenido en que su formalización comienza por tener RUC.
La mayoría de trabajadores que operan en la informalidad laboral son independientes o laboran en empresas que -a su vezson informales. Este tipo de trabajadores tiene una productividad laboral (salarios reales) lo suficientemente baja como para poder obtener al mismo tiempo un seguro de salud, aportes para su pensión de jubilación, CTS y vacaciones. Para este tipo de trabajadores,Sunafi l es solo una palabra desconocida.
Para una minoría de trabajadores dependientes que laboran en empresas formales el problema puede estar en ciertas rigideces laborales, básicamente en las contrataciones y los despidos.
La estrategia gubernamental de alcanzar una mayor formalización laboral ha sido planteada en dos frentes: el tributario y el de protección social (a anunciarse el 28 de julio).
En el primer frente, los instrumentos han sido la creación de un régimen mype tributario, el nuevo RUS y la truncada reducción del IGV. En el segundo frente, la idea es aumentar los benefi cios de la formalización y/o encarecer la informalidad laboral. Sin embargo, no se puede condicionar el acceso a las pensiones y a la salud con el estatus de la relación laboral.