Algunos economistas estiman que el PBI potencial del Perú estaría creciendo este año solo 5%, cuando este venía creciendo cerca de 6,5% en la última década.
El PBI potencial es la capacidad de producción de la economía cuando, con la tecnología disponible, el capital y el trabajo se utilizan plenamente. A la larga, las economías crecen al mismo ritmo que el PBI potencial.
No creo que estemos ya con tasas de 5% para el PBI potencial, pero podemos llegar rápidamente a ellas si no se reactiva la demanda agregada.
Hace 10 años, la inversión privada estaba por el orden de 13% del PBI, mientras que la pública estaba alrededor de 3%. En 2013, ambas estuvieron en 21% y 6% del PBI, respectivamente. Es decir, ahora el capital crece mucho más rápido que antes, todavía tenemos niveles de subempleo de la mano de obra y la tecnología no ha dejado de avanzar.
Es decir, es difícil que la tasa de crecimiento del PBI potencial haya caído, pero puede caer muy pronto.
Veamos. Si la economía crece solo 2,5% en 2014 y 5% en 2015, se abrirá una brecha importante entre la capacidad de producción instalada y la producción observada. Ello sería muy dañino para la inversión privada. Al margen de la tramitomanía existente, una brecha de esa magnitud llevaría –casi inexorablemente– a una caída de la inversión privada, para acomodarse a las nuevas condiciones macroeconómicas.
Es decir, la brecha se vuelve a cerrar, pero esta vez por una caída del ritmo de crecimiento del PBI potencial. Ello sería lo peor que le puede pasar a la economía peruana. Haría que el camino al desarrollo se alargue más. Que los logros en materia de inclusión social se alejen en el tiempo.
De allí la importancia de reactivar la demanda para que esté más acorde con el PBI potencial actual. Es algo mandatorio, no solo para tener mejores números en 2015, sino porque está en juego el crecimiento económico del próximo quinquenio.